La reelección de Napolitano no evita la descomposición del centroizquierda italiano
A dos meses de cumplir 88 años, Giogio Napolitano fue reelegido ayer como presidente de Italia en la sexta votación en el Parlamento. El jefe del Estado atendió a la petición de los principales partidos ante su incapacidad para elegir un sucesor, pero su elección no hizo sino ahondar en la descomposición del centroizquierda, que sufrió una importante fuga de votos. La dirección del PD de Pier Luigi Bersani dimitió en bloque mientras Beppe Grillo denunciaba un «golpe de Estado».
GARA | ROMA
Giorgio Napolitano se convirtió ayer en el primer presidente italiano que repite mandato de siete años y se enfrenta a uno de los caos políticos con implicaciones institucionales más difíciles que ha vivido Italia, ante la incapacidad que han demostrado reiteradamente los partidos políticos no solo para formar Gobierno sino también para elegir un jefe de Estado de consenso. Un desorden político que ha provocado un terremoto en el cen- troizquierda y la dimisión en bloque de la dirección del Partido Demócrata.
La descomposición de la coalición de centroizquierda, que venció en las elecciones de hace dos meses y en las votaciones para elegir presidente llegó a sumar hasta 101 «tránsfugas», llevó ayer al secretario general del Partido Demócrata (PD), Pier Luigi Bersani, a dimitir solo seis meses después de que ganara la partida a Matteo Renzi en las primarias. También renunció la presidenta, Rosy Bindi.
Una hora después de votarse la renovación del mandato de Napolitano, Enrico Letta, subsecretario general del PD, anunció la dimisión en bloque de toda la dirección. El partido elegirá al nuevo líder en un próximo Congreso que aún no tiene una fecha específica pero que, posiblemente, dejará en manos de Renzi el futuro del centroizquierda.
738 votos
Napolitano, que se ha erigido en la única autoridad política respetada en Italia, fue reelegido con 738 votos (234 más que la mayoría absoluta requerida). Horas antes el PD, el Partido de la Libertad (PdL) de Silvio Berlusconi y Elección Cívica, que lidera el jefe del Gobierno en funciones, Mario Monti, le habían rogado que aceptara volver a presentarse, tras tres días de votaciones con un baile de candidatos de centroizquierda, el exsindicalista Franco Marini y el ex primer ministro y expresidente de la Comisión Europa, Romano Prodi, que cosecharon sendos fracasos.
Por su parte, el candidato del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, el jurista Stefano Rodotà, logró 217 votos, muchos más de los 159 con lo que cuenta la formación, la única que se ha mantenido firme en sus intenciones en este constante tira y afloja con continuos movimientos entre los partidos para hacerse con la Jefatura del Estado.
Grillo denunció el «golpe de Estado» que supondría la continuidad de Napolitano y ha emplazado a la ciudadanía a secundar la concentración que convocó frente a la sede de la Cámara de Diputados italiana y que pretendía que tuviera carácter indefinido. «Se mantendrá todo el tiempo que sea necesario. Tenemos que ser millones. No me dejéis solo o con cuatro gatos. Más no puedo hacer. O se hace la democracia o se muere», escribió en su blog.
«Después de la guerra, incluso en los momentos más oscuros de la República, nunca ha habido una contraposición más clara, más desvergonzada, entre el Palacio y los ciudadanos», señaló.
Napolitano, que el 10 de mayo de 2006 fue elegido en la cuarta votación, había reiterado en numerosas ocasiones que no estaba dispuesto a continuar en la Jefatura del Estado, sobre todo por su edad. Ayer, tras las visita en el Palacio del Quirinale de los principales líderes políticos, este exmiembro del Partido Comunista de Italia que ha dedicado toda su vida a la política italiana aceptó presentarse a un nuevo mandato por «sentido de la responsabilidad».
Tras ser elegido, dijo que se encuentra ante «una prueba difícil en un momento crucial», pero no quiso desvelar los motivos por los que aceptó.
Formación del Gobierno
Ahora, tras su investidura tendrá que destinar todas sus fuerzas a realizar una ronda de consultas de cara a la formación de un Gobierno de amplia mayoría o de coalición, que siga los puntos programáticos planteados por el grupo de expertos que Napolitano creó para intentar salir del estancamiento.
Los medios locales aseguraron que habría puesto como condición para su reelección la disponibilidad de los partidos a apoyar un Gobierno de transición que apruebe algunas reformas urgentes, que podrían estar relacionadas con la ley electoral, la financiación pública de los partidos, la Ley de Estabilidad, la rebaja del impuesto sobre bienes inmuebles de la primera vivienda a las clases más desfavorecidas y la reducción en el número de parlamentarios.
No obstante, en caso de que no se consiga formar Gobierno, el presidente disolvería el Parlamento y convocaría nuevas elecciones legislativas en un plazo de 45 días, en las que, según las encuestas, el PdL es favorito aunque el M5S podría dar la sorpresa.
Cientos de personas se concentraron ayer en Roma para protestar contra la reelección del presidente de la República, Giorgio Napolitano, tras una votación que el líder del Movimiento 5 Estrellas, Beppe Grillo, calificó de «golpe de Estado».