El primer ministro serbio, Ivica Dacic, y su viceprimer ministro, Aleksandar Vucic, recibieron ayer varias llamadas telefónicas con amenazas de muerte, insultos y acusaciones de traición tras la firma el viernes del acuerdo para la normalización de las relaciones con Kosovo.

El Gobierno de Belgrado insistió ayer en que el acuerdo no supone el reconocimiento de la independencia de Kosovo sino que asegura una vida normal para la comunidad serbia del norte de Kosovo y su reconocimiento internacional.

Pero los serbios del norte de Kosovo no ocultaron su indignación, dijeron sentirse traicionados por Belgrado y rechazaron el histórico acuerdo que permitirá a ambos países avanzar en su aspiración de integrarse en la Unión Europea.