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DERBI OSASUNA-REAL

Un punto más cerca de los objetivos de la permanencia y la Champions

Osasuna y Real empataron sin goles en un derbi en el que la intensidad del equipo navarro y la mayor calidad del guipuzcoano no fueron suficientes para imponerse sobre su rival en un partido con pocas ocasiones. Montanier planteó el duelo como los últimos jugados fuera de casa, sin conceder ocasiones porque a Osasuna le falta calidad para marcar goles a un conjunto bien colocado. La clave del partido estuvo en un penalti no señalado a Flaño sobre Iñigo Martínez.

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C.A. OSASUNA 0

REAL SOCIEDAD 0

 

Joseba ITURRIA

Osasuna y Real empataron sin goles por tercera vez en sus últimos cuatro derbis y sumaron un punto que dieron por bueno porque el buen jugador de mus fragua sus éxitos piedra a piedra para construir el camino que debe conducir a la permanencia a los rojillos y a la Liga de Campeones a los blanquiazules.

Osasuna rompió ante un equipo muy superior la racha de tres derrotas consecutivas en casa y mantiene su distancia sobre el descenso a la espera de lo que hagan hoy Celta y Zaragoza. La Real fue capaz de empatar en un campo en el que no puntuaba desde la temporada 2003-04 y mantiene su trayectoria casi inmaculada con una sola derrota en 22 partidos con un punto que permite dejar al Valencia a dos de cara al duelo directo del próximo domingo.

Pero más allá que por el punto, las dos aficiones deben estar contentas por lo que trasmitieron sus equipos. Osasuna fue fiel a su estilo de juego, intenso y agresivo, y eso es bueno porque solo eso le puede llevar a suplir la alarmante falta de calidad y de gol que pone en peligro el objetivo de los navarros.

Lo mejor de la Real es que en sus últimas salidas se ha convertido en un camaleón capaz de trasformarse para adaptarse a todos los escenarios. Es capaz de ganar y golear, sobre todo en un césped de las características de Anoeta, a equipos que conceden espacios para realizar su fútbol combinativo, pero cuando juega en campos poco propicios o ante rivales que no dejan jugar ahora puede interpretar esos guiones, ponerse el buzo de trabajo y defender con una disciplina y un orden que le ha permitido salvar sus dos últimas salidas sin encajar ningún gol.

La Real demostró que está mejor que Osasuna y, sin crear muchas ocasiones, sí dio mayor sensación de peligro en sus mejores llegadas al área por la gran diferencia de calidad entre los jugadores más ofensivos de ambos equipos. Además estuvo bien tanto en la defensa como en el ataque de las jugadas de estrategia que deciden estos partidos. Solo sufrió en un corner en el que el balón quedó suelto y despejó Bravo y tuvo un doble remate al poste de Agirretxe y de Xabi Prieto y provocó un penalti a Iñigo Martínez que habría resultado clave porque en los partidos de Osasuna el que marca primero tiene muchas opciones de ganar.

El guión previsto

Porque el partido respondió a lo que se esperaba de un derbi entre Osasuna y Real. En sus cuatro enfrentamientos con Mendilibar y Montanier en los banquillos apenas se ha visto un gol y cuando algo se repite no es fruto de la casualidad.

En todo el primer tiempo apenas se registraron dos ocasiones a balón parado, una de Osasuna en una falta directa de Armenteros que se marchó alta y en un corner botado por Elustondo que Agirretxe cabeceó al poste, con posterior remate de Xabi Prieto detenido por Andrés.

Los dos equipos apelaban a sus virtudes. Osasuna presionaba e imprimía un fuerte rimo al partido y la Real, que apostó por un centro del campo más defensivo con Markel y Elustondo, quiso ponerse a la altura de su rival en esas facetas e imponer su mayor calidad y su velocidad en sus llegadas al área, en las que le faltó mayor definición.

Sorprendía que Montanier dijera antes del encuentro que el jugado en Vallecas era una buena preparación para el de Iruñea por la gran diferencia entre el estilo de juego ofensivo del Rayo y el de Osasuna, pero la Real jugó igual que el domingo anterior en ventaja. Concedió la posesión de balón a Osasuna, se colocó bien en defensa y al equipo rojillo le falta calidad, como al Rayo, para imponerse a un rival que no le deje espacios.

En esa dinámica de partido el más destacado del primer tiempo, en lo negativo, fue el siempre sorprendente Mateu Lahoz, que fue capaz de sacar tarjetas en casi todas las faltas que sancionó. Levantó suspicacias por su condición de valenciano y por la rigurosidad con la que mostró la quinta tarjeta a Griezmann, que no podrá jugar contra el equipo de su ciudad el próximo domingo, y porque en el inicio del segundo tiempo no sancionó un claro penalti de Miguel Flaño sobre Iñigo Martínez.

En las designaciones arbitrales habría que tenerse en cuenta en la medida de lo posible no solo que los árbitros no dirijan a equipos de su ámbito más cercano, también que no lo hagan en partidos en los que indirectamente jueguen esos equipos. Luego hubo otra acción en la que Kike Sola se tiró al suelo en el área tras sentir el contacto del brazo de Iñigo Martínez, pero no era merecedora de sanción.

Esas dos situaciones fueron lo único reseñable de los primeros veinte minutos de la segunda mitad hasta que Cadamuro conectó con Xabi Prieto y encontró una buena respuesta de Andrés Fernández y Silva respondió con un disparo desde fuera del área que salió cerca del poste de Claudio Bravo.

A partir de ahí la Real buscó más la victoria con el cambio ofensivo de Chory Castro por Elustondo tuvo tres llegadas con mucho peligro, pero Ifrán no estuvo acertado en un servicio de Imanol Agirretxe, que fue el mejor jugador del partido junto con Andrés Fernández.

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