El Tour de Romandía, que se prolongará desde hoy hasta el domingo, cuenta con una participación de gran nivel y un recorrido que premiará el equilibrio de los corredores entre la contrarreloj y la montaña. Así, la prueba arranca con una atípica etapa prólogo de 7,5 kilómetros en continuo ascenso, mientras que terminará con otra crono de 18 kms mucho más llana en las carreteras de Ginebra.

Entre medias, los ciclistas afrontarán cuatro etapas en línea con recorridos sinuosos y dificultades montañosas de cierta consideración, pero sin ningún final en alto. La etapa reina será la del sábado, con 188,5 kms entre Marly y Les Diablerets, ascendiendo cuatro puertos de Primera categoría: Les Mosses (1.445 m.), Pas de Morgins (1.279 m.) y Col de la Croix (1.752 m.) en dos ocasiones, la segunda por su cara más difícil y coronando a falta de 8 kilómetros para el final.

Entre los favoritos para hacerse con la victoria final cabe destacar la presencia de Chris Froome (Sky), segundo en el Tour del pasado año, que tendrá en su compañero de equipo Richie Porte a uno de sus rivales más duros. Intentarán ponérselo difícil otros grandes corredores como Robert Gesink (Blanco), Tony Martin (Omega), Andrew Talansky (Garmin), Jean-Christophe Peraud (Ag2r), Jurgen Van den Broeck (Lotto) o Roman Kreuziger (Saxo). Además, el Movistar informó a última hora de que Alejandro Valverde será su jefe de filas, después de que el costarricense Andrei Amador se rompiera la clavícula tras caerse en la parte final la Lieja-Bastoña-Lieja del domingo.

En cuanto a la participación vasca, Euskaltel Euskadi parte con Igor Antón, Mikel Astarloza, Peio Bilbao, Garikoitz Bravo, Mikel Landa, Adrián Sáez de Arregi y Romain Sicard -el equipo lo completa el andaluz Juan José Lobato-. Los otros vascos en la salida serán David López (Sky), Imanol Erviti (Movistar) y Juanma Garate (Blanco).

Vuelta a Turquía

El lituano Aidis Kruopis sorteó una caída que afectó a varios corredores en el último kilómetro y ganó la segunda etapa de la Vuelta a Turquía, mientras que el alemán Andre Greipel aprovechó las bonificaciones para enfundarse la camiseta de líder. Mark Renshaw (Blanco), uno de los más perjudicados, tuvo que ser trasladado a un hospital con posible fractura de clavícula.