El Departamento de Seguridad comunicó ayer a los sindicatos de la Ertzaintza que los dos mandos y cuatro agentes apartados de sus puestos no serán enviados a otras comisarías o a labores de tráfico, sino que continuarán en Bilbo realizando funciones administrativas.

La consejera Estefanía Beltrán de Heredia tampoco quiso reconocer este cambio motivado por un pulso corporativo interno. En los pasillos del Parlamento declaró que el Gobierno no ha variado su decisión de «desvincular» a los ertzainas del puesto que ocupaban.

Lo que obvió precisar es que el Departamento había decidido unos destinos y ha tenido que alterar sus planes por la presión de los sindicatos y los propios compañeros de los afectados.

El Departamento de Seguridad anunció el pasado viernes que después de que GARA hubiera desvelado las conversaciones internas de la noche en la que hirieron de muerte de un pelotazo a Iñigo Cabacas, había decidido desvincular de sus puestos a seis efectivos, porque «la revelación pública de una parte de las grabaciones amparadas por el secreto de las actuaciones condiciona el trabajo ordinario de los funcionarios públicos afectados». La Consejería explicó que era una medida organizativa y no disciplinaria.

La decisión sentó muy mal a los sindicatos policiales. Este mismo diario avanzó ayer que la reunión mantenida ese día con el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, y el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, fue bronca. La medida fue entendida como un señalamiento de los afectados. Los representantes de ErNE y ELA llegaron a marcharse. Otros exigieron al Departamento que «no nos deje tirados».

Miembros de ErNE y ELA reiteraron ayer su malestar, durante una protesta por la reestructuración del cuerpo, afirmando que el Gobierno «primero saca la nota de prensa y luego informa a los sindicatos, como ocurrió el viernes».

Amenazas de huelga

Según informó Radio Bilbao, la decisión del Departamento de apartar a los agentes de sus puestos provocó un «conato de motín» en la Comisaría de Deustua y la amenaza del inicio inminente de una «huelga de bolis caídos».

La misma emisora añadió que la decisión de mantener a los seis ertzainas en labores administrativas en Bilbo supone la paralización del recurso judicial que varios sindicatos ultimaban por la forma en la que se tomó la decisión de relevar a los agentes.

Los dos mandos iban a ser destinados a otras comisarías y los cuatro agentes a labores de tráfico. Según la noticia ofrecida ayer por este diario, los cambios suponían además un aumento salarial.

GARA adelantó también que que se pidió que la consejera diera garantías personales a los implicados. Se puso sobre la mesa una «invitación» a que se reuniera con todos ellos en grupo y les garantizara que «aquí no se va a dejar tirado a nadie».

A tenor de las informaciones ofrecidas por Radio Bilbao, la petición fue atendida en buena medida y el Departamento se ha reunido hasta en dos ocasiones con los seis ertzainas afectados, y en una de ellas estuvo presente el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga.

La parte que trascendió ayer de los resultados de esos encuentros es este acuerdo de que los seis ertzainas no salgan de Bilbo y se mantengan en dependencia policiales realizando labores administrativas internas, hasta que concluya la investigación judicial por la muerte de Iñigo Cabacas.