Estamos a las puertas de un partido ilusionante, que dejaría encarrilada una temporada de ensueño en la que la Real Sociedad aspira por derecho propio a jugar de nuevo en Europa y en su máxima competición. Lo que otrora fue algo habitual ahora es, para muchos aficionados, un premio tras el sufrimiento de tres campañas en la Segunda División y un concurso de acreedores que hemos podido superar, además de una gran fractura social.

El equipo juega con confianza y se ha mostrado capaz de puntuar hasta en las circunstancias más adversas propiciadas por expresidentes ávidos de su minuto de gloria, por designaciones arbitrales sospechosas así como por errores gravísimos que han alterado la clasificación perjudicando con ello nuestros intereses, pasando por una patronal que impone unos horarios infames que en muchas ocasiones impiden que los afi- cionados podamos apoyar a nuestro equipo allí donde nos gusta, en el campo (como muestra el horario de Getafe, que impide que miles de realzales se desplacen a Madrid en un encuentro que se antoja vital). No nos queremos olvidar tampoco de aquellos periodistas que delante de un micrófono se atrevieron a insultar gravemente a uno de nuestros jugadores el pasado 19 de enero, aunque haya salido a la luz ahora viéndose obligado a disculparse por ello.

Desde Gure Reala RZE nos gustaría animar, igual que hemos hecho en otras ocasiones, a todo aquel que sienta la Real como parte de sí mismo, a dar su total apoyo en estas jornadas finales. Los jugadores tienen que seguir sintiendo nuestro empuje con exhibiciones como las de Vallecas. Se acerca el final de temporada, y tanto la Real como Gipuzkoa se juegan mucho. Acudamos en masa al campo, adornemos los balcones y vistamos nuestro territorio de txuri urdin, y la próxima temporada, codeémonos con los grandes de Europa.