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Milicias kurdas se movilizan en el explosivo escenario de enfrentamientos de Irak

A los ataques mortales contra manifestantes suníes en Irak y a la respuesta con la creación de nueva milicias, se sumó ayer la movilización de los peshmergas kurdos en torno a Kirkuk.
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GARA | DACCA

Fuerzas de seguridad kurdas se han desplegado cerca de la ciudad de Kirkuk, en el norte de Irak, en medio de una oleada de enfrentamientos intercomunitarios que han provocado más de 200 muertes en el país desde el pasado martes.

Según el secretario general del Ministerio de los peshmerga (milicianos kurdos) en la región autónoma de Kurdistán, Jabbar Yawar, «con el acuerdo del Gobernador de Kirkuk, se ha decidido que los peshmerga hagan frente a la falta de seguridad en general, y en particular en torno a la ciudad de Kirkuk».

Añadió que los servicios de información de las milicias kurdas cuentan con información según la cual «grupos terroristas planean lanzar ataques en la región». Yawar aseguró que le objetivo del despliegue de fuerzas kurdas es «preservar la vida de los ciudadanos».

Pero el Ejército iraquí lo atribuyó a «maniobras políticas» y se puso en estado de alerta. El general Ali Ghaidan calificó este movimiento como «un desarrollo peligroso. Quieren alcanzar los pozos de petróleo».

Kirkuk y su provincia son un mosaico étnico y confesional donde viven kurdos, árabes, turcómanos, suníes y chiíes. Los kurdos quieren incluirlo en la región autónoma de Kurdistán, para perjuicio de la autoridad de Bagdad. El movimiento kurdo se añade a la explosiva situación que vive Irak. Milicianos insurgentes que protegían a manifestantes suníes mataron ayer a cinco soldados en Ramadi, en la provincia de Anbar, en el oeste del país.

Según las autoridades, regresaban a sus unidades tras un periodo de vacaciones, aunque los manifestantes, que denuncian ser discriminados por el Gobierno, consideran que fueron enviados para ser atacados.

El asalto del Ejército contra un campamento de protesta en la localidad de Hawiya, ubicada cerca de Kirkuk, en el que murieron 32 personas, ha reavivado el descontento de la minoría suní. Los manifestantes han anunciado la formación de un «ejército» tras cuatro días de disturbios que han aumentado el riesgo de la vuelta de una guerra civil sectaria.

Una guerra como la de 2006

«Para hacer de Anbar un lugar seguro para los suníes, hemos decidido formar un ejército llamado Ejército del Orgullo y la Dignidad con 100 voluntarios de cada tribu para proteger nuestra provincia», declaró un portavoz de los manifestantes, el jeque Said al Lafi, que invitó a los policías y soldados iraquíes a unirse a sus filas.

Por su parte, el clérigo suní Abdul Malik Al Saadi, que previamente había pedido moderación, felicitó a los «honorables muyaidines iraquíes» tras la creación del ejército regional.

En el bando gubermanental, el líder de los Consejos de Salvación, Usama al Hardan, amenazó a los manifestantes opositores acampados en Ramadi con una guerra si no entregaban a los autores de la muerte de los soldados en un plazo de 24 horas. Aseguró que esa guerra sería «similar a la lanzada contra la red terrorista Al Qaeda en 2006». Los Consejos de Salvación, que ayer perdieron a cinco miembros en un ataque, fueron formados por las tropas estadounidenses para ayudar a las autoridades iraquíes a luchar contra Al Qaeda y actualmente reciben salarios del Gobierno.

plan estudiado

El jefe del Gobierno iraquí, Nuri al Maliki, denunció que el regreso de la violencia confesional a Irak es parte de «un plan estudiado, un plan (extranjero) resultado de una ideología radical y fanática, y los que más la profundizan son los políticos ambiciosos de poder», y alertó de que se puede expandir por toda la región.

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