Los islandeses recuperan a los partidos que llevaron al país a la quiebra
Según los primeros sondeos tras las elecciones, las formaciones de derechas que llevaron a Islandia a la quiebra en 2008 han logrado dar un vuelco político desplazando al gobierno de izquierdas y enterrando la candidatura del país a la adhesión a la Unión Europea.
GARA
De acuerdo con una encuesta conocida a última hora de ayer elaborada Gallup para el canal RUV, conservadores y liberales obtuvieron una mayoría absoluta en Islandia con el 52,6 % de los votos. La coalición de gobierno de la primera ministra Jóhanna Sigurdardóttir (que no se presenta a las elecciones), obtuvo en cambio sólo el 24,6 % de los votos, apenas la mitad de los votos alcanzados en 2009, cuando asumieron el gobierno medio año después del colapso de los bancos islandeses.
De esta forma, los mismos partidos que dirigieron la desregulación del sector financiero irlandés y llevaron a Islandia a la quiebra y a la recesión consiguieron ayer ganar las elecciones y desbancar del poder al primer gobierno de izquierda en la historia del país -alianza de socialdemócratas y del movimiento de izquierdas-verde.
La mayoría del conservador Partido de la Independencia y del liberal Partido Progresista supone además un freno en la negociación para su adhesión a la UE.
Parar las negociaciones
«Las discusiones no continuarán sin referéndum. Nuestra política es parar las negociaciones que, de hecho, avanzan tan lentamente que no será difícil», afirmó el presidente del Partido de la Independencia, Bjarni Benediktsson, que ha conseguido recuperar su popularidad tras una crisis interna del partido y una amenaza de dimisión. Según la encuesta de Gallup, su partido obtuvo el 27,9 % de los votos, por delante del Partido Progresista, con el 24,7 %.
Por su parte, el Partido de la Independencia ha prometido bajar impuestos y eliminar los controles de capital sobre la moneda oficial, la corona, para facilitar la inversión exterior. Pero los analistas advierten del riesgo de devaluación que conlleva.
Los socialdemócratas de Sigurdardóttir han insistido en la adhesión a la UE, al que, según las encuestas, se opone una mayoría de islandeses.
Además, las cifras de crecimiento (1,6% en 2012) y un 4,7 % de paro no le han valido para mantener la confianza de los islandeses, que se han preocupado más por la inflación que ha disparado sus hipotecas.
Además, la dura política de ajustes impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Islandia para rescatar al país, se ha traducido en recortes sociales considerables.
La coalición encabezada por la primera ministra socialdemócrata tampoco ha sacado adelante ninguna de sus promesas principales, como la reforma del sistema de cuotas de pesca o una iniciativa popular para reformar la Constitución. Además ha acusado la división entre la izquierda con posiciones diferentes sobre la adhesión a la UE. Sigurdardóttir pretendía que Islandia sellase su ingreso antes del fin de su mandato, pero las negociaciones con Bruselas fueron suspendidas temporalmente hace tres meses por presiones de su socio de coalición, contrario al ingreso. Los activistas que se movilizaron ante el colapso económico de 2008 no ocultaban su estupor con los sondeos que auguraban este cambio antes de los comicios. «Tenemos memoria de pez», declaró al «Global Post» la analista Silla Sigureirsdottir.