Adif recurre ahora a Azkuna para hacer caja con la recalificación de La Naja
Catorce años después de que dejase de prestar servicio, Adif se propone vender la estación de La Naja para obtener fondos con los que reducir su abultada deuda. Para ello, pretende que el Consistorio bilbaino recalifique ese espacio para hacerlo atractivo a los futuros inversores.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
La deuda de Adif superó en 2012 los 9.500 millones de euros, lo que ha obligado a sus gestores a poner a la venta buena parte de su patrimonio para tratar de sanear sus arcas. En esa coyuntura, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias ha sacado a la venta mediante subasta pública tres propiedades en desuso en Hego Euskal Herria. Se trata de las estaciones de Cascante, Corella y la bilbaina de La Naja.
En el caso de las navarras su precio de salida es modesto -65.000 y 95.000 euros, respectivamente-, no así el de la céntrica estación de Bilbo, a orillas del Ibaizabal. Con sus 1.847 metros cuadrados de superficie, la que fue estación durante 111 años, hasta la apertura del nuevo trazado de cercanías por el subsuelo del Botxo, es una de las propiedades más atractivas; de ahí los 1,35 millones de euros de los que parte la puja que se efectuará el 30 de mayo.
Pero en esta operación financiera, el Gobierno español necesita del concurso del Ayuntamiento que dirige Iñaki Azkuna. De nuevo, una administración opta por la venta de patrimonio público para obtener dinero y la fórmula es la recalificación de ese espacio al que en catorce años no se le ha encontrado salida en el mercado inmobiliario.
Muchos han sido los proyectos que se han barajado para esa instalación en una ubicación tan privilegiada. Sirvan como ejemplos que se aventuró la posibilidad de abrir un establecimiento termal, un restaurante, una discoteca y hasta se propuso en las elecciones a la presidencia del Athletic de 2001 emplazar el museo del club. Menos materializable fue aquella idea de que la actual línea de EuskoTren se prolongase desde su terminal de Atxuri hasta La Naja a través de un viaducto sobre las aguas del Ibaizabal, que se contempló en repetidos estudios a lo largo del siglo XX cuando los trenes de la línea Bilbo-Santurtzi llegaban allí.
Para tratar de que la recalificación sea aceptada por el Gobierno Azkuna -lo que se da por hecho-, Adif plantea la prolongación del paseo de ribera desde el contiguo muelle de Marzana hasta el puente de La Merced. Queda por determinar si puede haber algún inversor dispuesto en plena crisis a adquirir la vieja estación y promover la recuperación del espacio y la urbanización del entorno.
En ese contexto, el grupo municipal de Bildu pidió ayer al equipo de gobierno que recalifique La Naja como equipamiento y que sea el Ayuntamiento quien adquiera el solar. La edil Aitziber Ibaibarriaga estimó que tras las pretensiones de Adif «se esconde la intención de hacer negocio con un solar que deberá ser recalificado» e incidió que esa fórmula urbanística «debe responder al interés general y no únicamente al negocio».
Ibaibarriaga mostró su temor a que «con las recalificación que plantea Adif no se garantice que el nuevo uso responda a las necesidades sociales». La concejala hizo un llamamiento a dejar a un lado la política de recalificaciones urbanísticas, «basadas en la especulación, fracasadas, tal y como ha quedado demostrado con la nefasta operación de Iberdrola, y agotadas». La coalición aboga por adquirir el solar como nuevo espacio público.
El grupo municipal de Bildu ha propuesto al Gobierno Azkuna que se recalifique la antigua estación de La Naja como equipamiento público y que el Ayuntamiento adquiera el solar que sale a subasta el 30 de mayo.
La coalición estima que «por su situación estratégica, el Ayuntamiento debe adquirir este solar para dotar a la zona de nuevos espacio públicos y así poder crear un nuevo espacio de oportunidad social».