El alcalde de Urduña, Carlos Arranz, y el diputado foral de Presidencia, Unai Rementeria, se reunieron el lunes al objeto de tratar de buscar una solución a la grave situación financiera que soporta la única ciudad de Bizkaia. El encuentro tuvo lugar pocos días después de que el también portavoz foral hubiese dado a conocer varias iniciativas para aminorar los problemas económicos de una decena de ayuntamientos, entre ellos este.

Ayer, en rueda de prensa, Arranz no ocultó su «decepción» por las medidas planteadas y aseguró que «todos deberemos esforzarnos más para buscar una solución». Apuntó a que la deuda municipal supera los 5,7 millones de euros y lo que ofrece la Diputación «no es ni una décima parte, 500.000 euros». Esa cantidad, apostilló el primer edil, «es claramente escasa», ya que el plan económico-financiero elaborado por el Consistorio partía de reducir «por lo menos a la mitad la carga financiera».

Del medio millón de euros que la Diputación estaría dispuesta a aportar, aclaró Arranz, «la mitad se lograría a través de una norma foral, pero no es seguro que podamos hacerlo», y la otra mitad «puede lograrse a través de una ampliación de capital de la sociedad pública Urduñederra, si así lo decide Azpiegitura», una sociedad foral. «Por tanto, dar por hecho que Urduña va a recibir casi medio millón de euros es precipitado», aseveró.

Respecto a la recomendación de que venda patrimonio municipal -en concreto el edificio de la Aduana, símbolo de la ciudad- advirtió que sería una operación «muy arriesgada«, por la delicada situación en que se encuentra el mercado inmobiliario. «La venta se tendría que hacer seguramente en unas condiciones desfavorables. Debemos recordar que hace siete años la rehabilitación del edificio de la Aduana y la puesta en marcha del hotel costaron a las arcas públicas, también forales -remarcó el representante de Bildu-, más de 6 millones de euros y con una venta `acelerada' el precio del inmueble se reduciría considerablemente».