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LOS LEONES FALLARON INMEJORABLES OCASIONES

Madre mía lo que fallaron

Los rojiblancos se dejaron dos puntos al final de un partido que dominaron en algunas fases, donde permitieron también coger aire al Celta en otras, pero marcado por su imperdonable falta de gol.

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CELTA 1

ATHLETIC 1

Joseba VIVANCO

Madre mía. Querían celebrar el Día de la Madre portando el nombre de sus respectivas progenitoras en la parte posterior de sus camisetas, pero los rojiblancos terminaron castigados sin postre. No solo fallaron lo inimaginable ante la portería celtiña, sino que cuando tenían los tres puntos en el bolsillo ante un equipo gallego a punto de tirar la toalla, dejaron que un saque de banda en el centro del campo acabara en los pies de Iago Aspas para que superara por única vez a un, de nuevo, sobrio Gorka Iraizoz. Madre mía. Mientras el palizón que se dio un sobresaliente Óscar De Marcos sirvió solo para un puntito, en el banquillo seguro que Aduriz se debía de estar tirando de los pelos por las ocasiones marradas, una de ellas, la que podía haber sido el definitivo 0-2, solo, como se las ponían a Amancio, la empujó fuera en lugar de dentro. Un punto, a la postre, con el mismo valor clasificatorio que el logrado el domingo ante el Barça, pero que no sabe igual. Ayer se le escaparon dos. La salvación está más cerca, pero no termina de llegar y ante el Mallorca hay que ratificarla sí o sí.

Un partido con dominio rojiblanco durante más lances del choque, alocado en ocasiones, que dejó crecerse por momenros de manera inexplicable a un Celta muy justito, un encuentro, en definitiva ganable y que debio ser ganado, pero que acabó en un desilusionante empate y con los leones temiéndose lo peor en esos cinco minutos finales tras la igualada. Luces y sombras y, cansa ya repetirlo como le cansa a Bielsa explicar casi siempre lo mismo, esa endémica falta de acierto cara a gol que anoche tomó tintes trágicos.

Un Athletic de dos caras

Apuraba Marcelo Bielsa su último café mientras se disponía a seguir el choque fuera del banquillo, confiando en que los suyos siguieran con la dinámica al alza dibujada los últimos partidos y que pronto, en cuanto se hicieron con la pelota, los rojiblancos dejaron patente. Tras cinco minutos de tanteo, una carrera de Aduriz que acabó en nada y un pésimo centro de Susaeta con el donostiarra e Iturraspe esperando el remate, metieron al Athletic en el choque.

Un complicado golpeo de un luego providencial De Marcos fue el antecedente de una gran jugada combinativa que terminó con el de Guardia, desde la frontal, enviando el balón por encima del travesaño. Los bilbainos se sentían cómodos, llegaban por ambas bandas con un enchufado desde el minuto uno Muniain, un De Marcos protagonista sumando una ruptura tras otra y, lo mejor, un Iraizoz de espectador.

Un Celta fallón, impreciso, sin brújula, estaba a merced de un Athletic que tenía obligatoriamente que apuntillar a los gallegos. La pelota era suya y con ella se siente a gusto, a pesar de que ayer Iturraspe estuvo muy alejado de la brújula que supone el ausente Herrera. Prueba de ello que si el exzaragozista es quien lidera junto a Iraola el mayor número de pases en cada partido, el de Abadiño ayer fue el noveno jugador en esta estadística.

Pero el Athletic mandaba. Ni De Marcos ni Aduriz llegaban a un acertado centro de Susaeta. Era el minuto diez y al siguiente iba a ser San José el que estrellara su cabezazo al larguero a la salida de un córner. Los de Bielsa iban decididamente a por el partido, se mostraban mejores y parecían convencidos de ello. Pero cosa de meigas o no, lo cierto es que de repente, el Athletic dejó que el Celta se creciera sin quererlo y un despiste hacia el minuto 25 que permitió a Iago Aspas obligar a Iraizoz a su primera parada, dio paso a un equipo visitante que perdió el control de la pelota y a un local que se encontró con que el rival le hacía el boca a boca.

En un abrir y cerrar de ojos, Iraizoz pasó de secundario a actor principal, sacando una falta de Augusto López a córner, otro a Krohn-Delhi, una peligrosa contra de Aspas, un cabezazo al larguero córner mediante, otro chut flojo de Aspas, otro más de Augusto Fernández al lateral de la red... El Athletic había dejado de querer el balón y sufría lo impensable visto los primeros minutos. Y justo ahí, cuando peor lo pasaba, llegó el tacozano de Iturraspe, la asistencia de Aduriz, la ruptura de De Marcos y el 0-1. Golazo y al descanso.

A la vuelta de vestuarios, el partido tomó un cariz de ida y vuelta, cuando lo lógico es que los bilbainos trataran de marcar el ritmo y hacer buena esa ventaja. El argentino Augusto volvió a poner a prueba a Iraizoz, Aduriz sigue negado con el gol y malogró un cabezazo a bocajarro que Javi Varas sacó, una peinada de Aspas, la réplica la daba un chutazo de Ibai al larguero y... la de Aduriz. Minuto 65. La de Aduriz. Jugadón de Muniain que se cuela hasta la cocina celtiña sin pedir permiso, cede los honores al donostiarra y este, en el segundo palo, la empuja... fuera. ¡Madre mía lo que falló! ¡Abreu!

El Athletic perdonó de manera imperdonable en sus mejores minutos de la segunda mitad y, para no salirse de la tónica dominante esta infausta temporada, terminó pagándolo. Antes, Ibai, había mandado un inmejorable balón al cielo vigués. Era el minuto 69 y ahí el Athletic dejó de morder. Llorente entró por un desafortunado Aduriz, pero ni por esas. Avisó el exrojiblanco Bermejo en un peligroso cabezazo y cuando solo había que nadar y guardar la ropa, un saque de banda en la medular terminó con el balón en profundidad hacia Aspas y ni San José ni Ekiza logran frenar su disparo cruzado. Apenas restaban siete minutos de juego. Tocaba guardar la ropa. Ahora sí. Al final, empate amargo que deja los deberes sin hacer. Castigados sin postre y a entrenar hoy a las 11.45 en Lezama. Madre mía.

Bielsa: «Nos faltó más contundencia para redondear una actuación de relieve»

Marcelo Bielsa achacó el empate a la falta de acierto de sus futbolistas y consideró el resultado «injusto» por lo visto sobre el césped. «Las oportunidades que tuvimos para convertir fueron muy claras. Era muy difícil construir acciones tan evidentes para marcar pero no fue posible. La contundencia es un factor inherente al comportamiento de un equipo. Hoy es el aspecto que nos faltó para redondear una actuación de relieve», señaló el de Rosario en su rueda de prensa. «Uno tiene que estar certero en las ocasiones que tiene. A nosotros nos hacen goles que son difíciles y nosotros sin embargo erramos goles que son bastante claros», recalcó.

No obstante, a pesar del empate, el técnico argentino se marchó contento con la actuación de los suyos, aunque también dejó claro que el punto no le vale de mucho: «Lo que necesitamos es ganar para sumar los puntos matemáticos que nos den la salvación. Hay que valorar este punto por la condición de visitante pero sinceramente es difícil conformarse con este resultado porque estuvimos en condiciones de ganar el partido».

Abel Resino, por su parte, dio por bueno el punto aunque admitió que no le vale «de mucho» en su carrera por eludir el descenso. «Fue un partido de muchísima intensidad y los dos equipos hemos ido a por la victoria. Hemos podido ganar y también perder. Por el esfuerzo que hemos hecho, el equipo se merecía el punto porque hemos dado la cara».

En La Romareda, el domingo 19, a las 19.00

El Athletic ya tiene día y hora para viajar a La Romareda a medirse contra un Zaragoza que se estará jugando el descenso. Será el domingo 19, a partir de las 19.00. Para ese día, los leones confían en tener resuelta su situación con una victoria, antes, en casa ante el Mallorca.

El femenino, ante el Atlético, en el torneo de Copa

Las rojiblancas se estrenarán en el torneo de Copa ante el único equipo, a la espera de lo que suceda este domingo, al que no han podido ganar esta temporada, el Atlético de Madrid. El encuentro de ida se disputará el 12 o 13 de mayo en el Cerro del Espino y la vuelta una semana después en Lezama.

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