«Nos gustaría ser el termómetro de la vitalidad musical de Euskal Herria»
Director de Eresbil
El musicólogo Jon Bagüés es director de Eresbil, el Archivo de la Música Vasca. También de Musikaste, el festival que la institución organiza en colaboración con la Coral Andra Mari de Errenteria y que, desde hace cuarenta años, se constituye en escaparate de la música vasca del pasado y del presente.
Mikel CHAMIZO | ERRENTERIA
Musikaste 2013 comienza esta tarde con un formato renovado. En vez de dedicar una semana entera a conciertos en recintos cerrados, el festival ha decidido repartir su programación en dos fines de semana. El primero, titulado «Musika bizia», agrupa conciertos dedicados a la música contemporánea, el jazz y la música de banda; el segundo, «Musika ondarea», recuperará músicas del pasado en propuestas específicas, como un concierto dedicado a la música que se escuchaba en Donostia el año de la quema, 1813. Entre ambos fines de semana, Musikaste organiza también un buen número de actividades pedagógicas.
Musikaste da comienzo esta tarde con un concierto de música contemporánea. Siendo Eresbil un archivo y un centro de documentación, ¿por qué este interés tan marcado en la creación más reciente?
Podría parecer extraño que un centro dedicado a la custodia y difusión del patrimonio musical tuviera esta atención especial con la creación contemporánea, pero hay que recordar que Musikaste nace en 1973 no solo para rescatar las músicas de los compositores antiguos, sino como plataforma de promoción de la música contemporánea. Han pasado cuarenta años y las músicas que entonces se llamaban de «vanguardia» forman parte hoy del patrimonio musical vasco. Potenciando la música de los compositores de nuestros días estamos ayudando a conformar el patrimonio musical futuro de los vascos.
Se interpretarán obras de Félix Ibarrondo, Sofía Martínez, Sergio Gutiérrez, Ramon Lazkano y Guillermo Lauzurika. ¿Cómo se plantea Eresbil la elección de los compositores vascos actuales que participan cada año en el festival?
Cada concierto tiene en Musikaste su historia y evolución. Partimos de una propuesta por parte del conjunto SINKRO para la música de dos pianos y percusión de Félix Ibarrondo, compositor oñatiarra afincado en París. Las posibilidades eran dedicar todo el concierto a la música de Félix Ibarrondo o bien utilizar el formato de dos pianos y percusión para presentar un conjunto de obras de autores vascos escritas para esta formación. Se escogió este último camino, con el que ganamos en representatividad.
Los demás conciertos van desde el jazz, mañana, a la música coral, de txistu y de banda. ¿Por qué esta heterogeneidad en vez de centrarse en un formato específico, como otros festivales?
El ideario de Musikaste nace al servicio de la obra de compositores vascos, de todos los tiempos y de todos los géneros. Es cierto que en un inicio el propio archivo se subtitulaba «Archivo de compositores vascos», atendiendo principalmente la obra creada de forma académica. La propia evolución del archivo, con la apertura a la documentación sonora y audiovisual, con un gran componente de músicas urbanas provoca que Musikaste tenga que ser heterogéneo. ¿Cuál es el hilo conductor? La promoción de las músicas creadas por los creadores vascos o en Euskal Herria, en todos los estilos y géneros, desde el vocal al sinfónico, desde el del txistu al ordenador, desde el religioso al jazz, o músicas populares. Nos gustaría ser el termómetro de la vitalidad musical de Euskal Herria.
El domingo se celebrará una misa musical seguida de una selección de piezas de carnaval de Sarriegi. ¿Se ha buscado una confrontación entre lo sacro y lo profano?
No hay tanta confrontación si pensamos en las músicas del domingo desde el ámbito de lo popular. Creemos que las músicas religiosas tienen más que ver con el usuario popular que con el de recintos concertísticos. Hay muchos compositores vascos a lo largo de la historia que su principal producción es religiosa, pero su característica principal era su funcionalidad, como lo es la música para txistu o la música para banda en gran medida. Y creemos que gana mucho su escucha en el medio físico para el que ha sido compuesta, la iglesia. Por otra parte, no podíamos pasar por alto este año la celebración del centenario de Raimundo Sarriegui, forjador de gran parte de la música popular donostiarra en la segunda mitad del siglo XIX.
El próximo viernes tendrá lugar el clásico concierto coral. ¿Sigue siendo la cita más popular de Musikaste, la que más público moviliza?
No es difícil explicar que siendo Musikaste una semana nacida en el seno de una coral, la Andra Mari, siga siendo su día coral uno de los días más populares desde el punto de vista del público. A ello ayuda además que son varias las formaciones que participan en el concierto. Intentamos que todos los años haya variedad de formaciones. En este año nos visitarán el otxote Karnaba, los coros juveniles Ametsa Gazte (Irun) y Nurat Gazte (Gasteiz), el coro Landarbaso y el coro de la UPV. Coros de tamaños y sonoridades diferentes. Pero intentamos que también en este concierto se pueda escuchar lo que componen los nuevos autores corales. Así este año tendremos oportunidad de escuchar una obra para voz solista, cuarteto de cuerda y coro.
Este año ha desaparecido el tradicional concierto de música de cámara. ¿Ha afectado la crisis a Musikaste?
La crisis ha afectado efectivamente. El sábado teníamos previsto un evento especial dedicado a las músicas urbanas, que no hemos podido llevar a cabo por razones económicas. Tampoco este año tenemos música sinfónica. Pero hemos querido hacer un ejercicio de reinvención, abriendo Musikaste de manera estable a músicas como el jazz, que con todo un departamento se está convirtiendo en uno de nuestros géneros más trabajados. Hemos realizado también el esfuerzo de buscar complicidades, tanto con la asociación Musikagileak para el día de la música contemporánea, como con Musikene para el jazz, o la escuela de música Errenteria Musikal para los conciertos didácticos y escolares. Queremos potenciar este camino de colaboraciones, que con crisis o sin crisis puede dar excelentes frutos musicales.