El delegado de Amnistía Internacional en el Estado español, Esteban Beltrán, afirmó ayer que la tortura es un problema «estructural» al sur de los Pirineos. Pese a señalar que, a su parecer, los malos tratos no son una práctica «sistemática» en los calabozos y en las prisiones dependientes de Madrid, el responsable de AI sí destacó que la tortura no se limita a «casos aislados», tal como sostiene el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

En rueda de prensa, Beltrán -que se reunió con la presidenta del Parlamento autonómico, Bakartxo Tejería, y con el lehendakari, Iñigo Urkullu, en Gasteiz- señaló que la incomunicación de los detenidos propicia que se den casos de torturas, ya que, en dicha circunstancia, los arrestados carecen de una «supervisión judicial adecuada».

En cuanto al informe elaborado por el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, que recoge, entre otras cosas, que Beatriz Etxebarria fue violada en los calabozos, el representate de AI recordó que diferentes organismos internaciones han criticado al Gobierno español por no investigar las denuncias de malos tratos. En este sentido, basta recordar el caso del director de «Berria», Martxelo Otamendi, que el pasado mes de octubre recibió el amparo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Esta reflexión sobre la tortura está recogida en una Agenda de Derechos Humanos elaborada por Amnistía Internacional. Una hoja de ruta, que ya está en manos de los dirigentes autonómicos, en la que también se pide que no haya espacios de «impunidad» para los agentes implicados en el conflicto armado que padece Euskal Herria; que se garanticen los derechos de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas; que se modifiquen ciertos artículos del Código Penal y de la Ley de Partidos; y que se facilite el retorno de aquellos presos que así lo soliciten.

Por último, anunció su intención de trasladar al lehendakari la necesidad de establecer medidas concretas para controlar las actividades de la Ertzaintza. Dichas medidas, relacionadas con los protocolos empleados por la Policía autonómica en el uso del material antidisturbios, tienen por objeto que no se repitan casos como el de Iñigo Cabacas. El joven aficionado del Athletic que falleció tras recibir el impacto de una pelota de goma, disparada por un ertzaina en las inmediaciones de San Mamés.