El TC suspende de forma temporal la Declaración de Soberanía de Catalunya
El Tribunal Constitucional decidió ayer suspender la Declaración de Soberanía aprobada por el Parlament de Catalunya el 23 de enero, después de admitir a trámite el recurso interpuesto por el Gobierno español. El Alto Tribunal tiene ahora cinco meses para emitir un dictamen definitivo sobre el asunto y decidir, si por primera vez en su historia, ilegaliza una declaración institucional.
Beñat ZALDUA | BARCELONA
En una decisión sin precedentes, el Tribunal Constitucional (TC) decidió ayer admitir a trámite el recurso del Gobierno español contra la Declaración de Soberanía de Parlament de Catalunya y suspender, por primera vez desde 1978, un acuerdo de un parlamento autonómico. Lo hizo aferrándose al artículo 161.2 de la Constitución, en el que se lee: «La impugnación producirá la suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses».
Es decir, la suspensión es temporal y el TC tiene ahora cinco meses de plazo para emitir una resolución definitiva sobre la legalidad de la Declaración aprobada el pasado 23 de enero. De todos modos, ayer ningún jurista fue capaz de explicar las consecuencias de esta suspensión, ya que no se trata de ninguna norma ni ley, sino de una simple declaración institucional.
Un hecho que Madrid no comparte, ya que ve en la Declaración -que reivindica Catalunya como «sujeto político y jurídico soberano»- la base sobre la cual el Parlament podría elaborar normas en su opinión anticonstitucionales, como por ejemplo la ley de consultas, ya en trámite. Cabe recordar, sin embargo, que el Parlament ya ha aprobado en los últimos años diversas declaraciones en las que se reconoce la so- beranía catalana. La última se aprobó el pasado 27 de setiembre, poco después de la Diada. Ni en ese ni en ninguno de los casos anteriores recurrió el PP al Constitucional.
Reacciones en cadena
La decisión del TC coincidió con el pleno del Parlament, por lo que las reacciones de los partidos catalanes no tardaron en llegar, empezando por el propio president, Artur Mas, que consideró que «el Gobierno español quiere hacer abortar el proceso de transición nacional» y calificó la decisión del Constitucional de «decepcionante y altamente preocu- pante», lamentando que el Parlament «ni siquiera se pueda pronunciar después de haber sido escogido democráticamente».
El otro principal artífice de la Declaración, el presidente de ERC, Oriol Junqueras -quien ayer dio un susto al caerse en los pasillos del Parlament-, aseguró que «la hoja de ruta se mantiene intacta» y garantizó que seguirán manteniéndose «fieles al pueblo de Catalunya». Declaraciones en línea con las del líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, que calificó la decisión del TC de «grave, insólita, inédita y ridícula». «El Tribunal Constitucional ha perdido la poca credibilidad que le quedaba», añadió.
Desde de la CUP, que en su día dio un «sí crítico» a la Declaración, el diputado Quim Arrufat abogó, como lo lleva haciendo la formación independentista desde que llegó al Parlament, por «la desobediencia y el desacato», así como por emprender el camino de la independencia «sin pedir permiso al Estado».
Otro cantar fue el PSC, cuya negativa a la Declaración derivó en una grave crisis interna, pero que ayer sacó a relucir el «ya te lo dije». Su primer secretario, Pere Navarro, declaró que «lo que empieza mal, acaba mal» y recordó que ellos ya avisaron de que «la Declaración era ilegal».
Por último, PP y Ciutadans no dudaron en mostrarse satisfechos por la decisión del TC, sin ningún reparo a la hora de declarar, como lo hizo la líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, que «la decisión es muy acertada porque da voz a la Catalunya real». Es decir, según el PP, la Catalunya real son 12 magistrados del Tribunal Constitucional y no el 63% del Parlament que aprobó la Declaración.
Desde Euskal Herria, el diputado de Amaiur Jon Iñarritu lanzó un «mensaje de solidaridad» a Catalunya, advirtiendo de que «el Tribunal Constitucional es parte del problema de la crisis de estado». «Ante esta nueva imposición, queda más claro que nunca que nuestros países no tienen cabida ni futuro en este Estado», añadió.
Sin que estuviera previsto, la decisión del Tribunal Constitucional coincidió ayer con la decisión, por parte del pleno del Parlament de Catalunya, de oficializar la creación de la Comisión parlamentaria sobre el Derecho a Decidir. La decisión se tomó gracias a los votos de CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP. Es decir, una amplísima mayoría de 106 diputados sobre un total de 135.
El debate previo a la votación vino marcado por la decisión del TC, a la cual se refirieron los portavoces de todos los grupos parlamentarios, algunos para reafirmarse en sus posiciones contra el proceso soberanista -CiU y Ciutadans- y otros para reivindicar que el proceso seguirá igual diga lo que diga el Tribunal Constitucional -CiU, ERC, ICV-EUiA-. En medio y en tierra de nadie, como acostumbra, quedó el PSC, que apoyó la creación de la comisión pero no tuvo ni una crítica hacia la decisión del Constitucional, limitándose a señalar que ellos ya habían advertido de que ocurriría.
Además del voto negativo, el PP intentó previamente que la propuesta de creación de la Comisión ni siquiera se pudiese debatir ni votar. Posteriormente abandonaron el hemiciclo durante el debate y la votación, alegando que el Parlament estaba cometiendo un acto de insumisión.
El trabajo de la Comisión comenzará en breve con representantes de los partidos que le dieron su visto bueno y, como aclararon, se dedicará al estudio de las vías que Catalunya tiene para hacer efectivo el derecho a decidir, dejando explícitamente claro que no será un instrumento para abogar a favor de la independencia. GARA
El Parlament ya ha aprobado en otras ocasiones declaraciones en las que se reconocía la soberanía de Catalunya, sin que el PP reaccionase con un recurso ante el Constitucional. La última de ellas tuvo lugar el pasado 27 de setiembre, poco después de la Diada.