Giro de Italia
Degenkolb, espíritu superviviente
El esprínter alemán se adjudicó la quinta etapa tras un final de carrera lleno de trampas y una caída masiva en el último kilómetro.
Jon ORMAZABAL
La de ayer en la bonita localidad de Matera era una de esas citas que los hombres rápidos tenían marcadas como una de sus opciones para adjudicarse una victoria parcial. Lo que no sabían era que el recorrido y las intensísimas lluvias caídas horas antes de la llegada del pelotón iban a convertir la quinta etapa del Giro en una especie de prueba de supervivencia en la que el alemán John Degenkolb se las ingenió para superar todos y cada uno de los obstáculos que se fue encontrando en el camino.
El último y más determinante fue una montonera producida en la última curva, en la que un compañero suyo de equipo, Luca Mezge, resbaló en un paso de cebra, llevando el caos a la cabeza del pelotón. Esta caída dejó al frente de la carrera al italiano Canola (Bardiani), que trataba de lanzar el sprint, pero que vio cómo todos sus perseguidores fueron cayendo, dejándole con una bonita renta que defender. Sin embargo, la última recta picaba hacia arriba y se le hizo eterna al compañero de equipo de Battaglin, ganador del martes. Viniendo desde atrás, Degenkolb aprovechó su potencia para superarle, no sin tener que exigirse al máximo.
Exigente final
Sin embargo, no fue esta caída lo único que evitó la llegada masiva en la línea de meta, ya que la última parte de la etapa, con un puerto de cuarta categoría a veinte kilómetros de la meta y con continuas rampas en los últimos kilómetros, se hizo muy exigente y otros grandes esprinters como Mark Cavendish habían perdido contacto con el pelotón en esos repechos.
Como en días anteriores, hubo quien lo intentó de lejos, con protagonismo para el Euskaltel Mestre. La escapada se formó de salida con seis corredores que fueron abriendo diferencia con permiso del pelotón hasta alcanzar los ocho minutos de renta, pero el pelotón no estaba para consentir aventuras, sino para el sprint, de ahí que la ventaja fuera decayendo hasta que a 22 kilómetros de meta el grupo quedó unido. De nada sirvió el esfuerzo de Gil (Androni), Marangoni (Cannondale), Mestre (Euskaltel), Brian Bulgac (Lotto) y Andriato (Vini Fantini).
El Movistar, que confiaba en un Ventoso que no pudo esprintar, se mostró activo en las labores de caza, así como en el primero de los repechos finales, el Montescaglioso, de cuarta, pero con rampas de hasta el once por ciento, donde se trataba de eliminar a los esprinters puros, como a Cavendish, que enseguida perdió el tren.
El esloveno Bak (Lotto), el esloveno Vrecer (Euskaltel) y el luxemburgués Gastauer (Ag2r) trataron de sorprender en el descenso, pero les resultó imposible el despegue definitivo, ya que el pelotón volaba unos segundos detrás, con los favoritos preparados para no dejarse sorprender por el repecho final.
Pablo Urtasun no pudo más y durante la disputa de la quinta etapa se vio obligado a poner fin al sufrimiento que viene padeciendo desde su caída en la jornada inicial. Con la rodilla, codo y cadera lastimados, el hombre rápido de la formación naranja quiso seguir en carrera y sufrió lo indecible para superar las jornadas precedentes, de 232 y 246 kilómetros, pero las dolencias siguieron empeorando y continuar en carrera no tenía sentido, ya que no podía aportar al grupo su trabajo y, sobre todo, se dificultaba una pronta y más óptima recuperación.
«Es una lástima tener que dejar una carrera que he preparado con toda la ilusión del mundo. He trabajado mucho para llegar en forma y todos esos esfuerzos y sacrificios no van a tener reflejo, no voy a poder disfrutar el resultado. Es una decepción, estoy desanimado. He tomado la salida porque en lo último que pensaba era en abandonar, pero ha llegado un momento en el que no podía ni pedalear. Me duele por mí y por el equipo. Venimos a Italia con unos retos muy bonitos y no voy a poder aportar mi granito de arena. En fin, ahora solo queda pensar en recuperarme lo antes posible, todavía queda mucha temporada por delante», señaló tras su retirada.
Pese a las numerosas caídas habidas durante estas primeras etapas, el de Urtasun es el segundo abandono de este Giro, tras el de Sandy Casar, también por una caída. GARA