Hasta la fecha, Indiana ha jugado cinco partidos en su cancha y han ganado los cinco. Gracias a esta solidez, los Pacers conseguían eliminar por 4-2 a los Knicks de Nueva York y se las verán con los Miami Heat en la final de la Conferencia Este, penúltimo paso de los play offs de la NBA a la que acceden por primera vez desde 2004.

Por 106-99, los Pacers no dejaron pasar su mejor oportunidad, toda vez que en caso de tener que jugar el desempate, este se hubiera disputado en el Madison Square Garden de Nueva York. A pesar de los 39 puntos de Carmelo Anthony, los Pacers aguantaron la presión y se mantuvieron firmes. Para ello, Paul George volvió a ser uno de sus faros, con 23 puntos, 5 rebotes y cuatro asistencias. Sin embargo, el principal factor desequilibrante fue el partidazo del escolta Lance Stephenson. Con 25 tantos y 10 rechaces, y sumando siete puntos determinantes en los últimos minutos, cuando los Knicks llegaban a adelantarse 90-92, fue el héroe de este sexto partido de la segunda semifinal de la Conferencia Este.

Lo cierto es que mientras que en Nueva York Melo Anthony acaparaba la anotación -aunque tuvo la ayuda puntual de Iman Shumpert y JR Smith, con 19 y 15 puntos respectivamente-, los Pacers respondían a través del juego colectivo. Todos sus titulares anotaron un mínimo de 12 puntos, dominando además la faceta reboteadora -43 a 36-, con Hibbert y Stephenson llegando a las dobles figuras. Sin embargo, su escaso acierto en los triples -4 de 15- les impedía escaparse de unos Knicks que a golpe de triple -13 de 30- se mantenían en la brecha.

Un tapón y cinco puntos

Cuando los Pacers se alejaban 65-53, parecía que la serie se rompía de una vez, pero los cuatro triples que conectaron Shumpert y Smith devolvían a los Knicks a la vida. Tanto fue así que a cinco minutos del final, JR Smith aprovechaba con un triple una asistencia de Carmelo Anthony, para adelantar a los neoyorquinos por 90-92.

Más aún, el propio Melo pudo haber elevado el 90-94, pero Roy Hibbert lo paró en seco con un tapón cuando su rival se disponía a machacar. Acto seguido, Stephenson empataba el partido y le daba la vuelta al mismo con un robo culminado con «dos más uno». Esos cinco puntos fueron un golpe demasiado fuerte para los Knicks, que vieron sus últimas opciones enterradas tras un posterior palmeo de David West y una gran canasta al poste bajo de Lance Stephenson en la cara de Anthony.

Indiana, con sus deberes más que hechos, nada tiene que perder ante Miami. Así que mucho ojo, sobre todo si sigue tan fuerte jugando como local.