El Ejército sirio anunció ayer que ha tomado el control del centro de Qusseir, una estratégica ciudad muy cercana a la frontera de Líbano, hasta ahora feudo de la insurgencia y vital para su aprovosionamiento. Las tropas mantienen hace semanas una ofensiva sobre la localidad con el apoyo de la milicia de Hizbulah, que asegura defender a los libaneses que viven en la región. Una fuente militar señaló que el Ejército controlaba la plaza principal, el ayuntamiento y los inmuebles de los alrededores, mientras los rebeldes huían hacia los barrios del norte.

Los insurgentes minimizaron el avance y aseguraron que mantenían «una resistencia encarnizada» en estas ciudad de 25.000 habitantes situada en el eje que une Damasco con el litoral y las zonas alauíes.

«Si el Ejército consigue llegar a controlar Qusseir, cae toda la provincia de Homs», afirmó el opositor Arami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que dio cuenta de más de 58 muertos en los bombardeos y dijo temer una masacre en la ciudad. Un soldado entrevistado en la televisión estatal afirmó que las tropas dejaron el frente noroeste abierto para permitir salir a la población y que continuarían su avance. Los insurgentes lo negaron y denunciaron «el asedio impuesto por el régimen» y la colaboración de Hizbulah.

Muertos en Líbano

La Coalición Nacional Siria (CNFROS) pidió la actuación de la Liga Árabe para cesar la intervención de Irán y Hizbulah en el conflicto.

Pero la guerra también se vive en Líbano y al menos dos personas -un joven de 22 años del barrio alauí de Jabal Mohsen y un adolescente de 13 en el barrio suní de Bab el Tebaneh- murieron en Trípoli en enfrentamientos confesionales ligados al conflicto sirio. Además, el presidente libanés, Michel Suleiman, expresó su rechazo a los bombardeos desde el lado sirio de la frontera contra territorio libanés y por las continuas violaciones israelíes de su espacio aéreo.

A su vez, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que seguirá impidiendo el traspaso de armamento a Hizbulah, argumento que ha usado para bombardear Siria hasta en tres ocasiones el último año.