Iván Márquez, portavoz de la delegación de las FARC-EP en las negociaciones de La Habana, calificó ayer como positivos los avances alcanzados con el Gobierno para poner fin al conflicto armado. «Estamos satisfechos (con la marcha de las negociaciones), no entiendo por qué dicen que el ritmo es lento», señaló desde Cuba.

Márquez resaltó que, tras seis meses de negociaciones con el Gobierno colombiano, las FARC reclaman intereses populares y el cumplimiento de normas constitucionales.

«Estos temas tenemos que tratarlos con serenidad, con profundidad si queremos realmente sentar unas bases sólidas para la construcción de una paz estable y duradera», apuntó. El presidente del Gobierno, Juan Manuel Santos, pidió el sábado celeridad a los negociadores para presentar los primeros acuerdos sobre tierras.

El portavoz de las FARC adelantó que la guerrilla espera las conclusiones del Foro sobre Participación Política que tuvo lugar en Colombia, para incorporarlos a la negociación y aseguró que se ha avanzado considerablemente en el tema de la tierra, el primero de la agenda.

Acuerdo sobre tierras

La prensa colombiana afirmó ayer que el acuerdo sobre tierras puede entregar los títulos de tres millones de hectáreas a 250.000 campesinos sin tierras.

El periódico «El Tiempo» aseguró que el plan «sería anunciado esta semana» por el Gobierno y las FARC y que el cambio en la distribución del territorio se desarrollará en los próximos diez años y los destinatarios serán los campesinos que no tienen tierras o que cuentan con propiedades en la que la actividad no es sostenible.

Por otro lado, con respecto a las políticas gubernamentales, Márquez desestimó la postura de Santos de calificar de «lista de mercado» las posiciones defendidas por la guerrilla y afirmó que las políticas neoliberales expandieron la miseria y la desigualdad en su país.

El portavoz de la guerrilla también rechazó las cifras oficiales según las cuales el número de pobres se redujo de 30 millones a 20 millones de personas.

Tal estadística se basa en mediciones neoliberales y tecnocráticas que no toman en cuenta el índice de desarrollo humano «ni la existencia de una crisis humanitaria generada por el terrorismo de Estado», aseguró.