Anadie se le escapa que la popularidad de los borbones anda por los suelos, con el patriarca siendo objeto de chanzas y el resto, entre corruptelas, tiros en el pie y demás, haciendo que la familia Monster parezca de lo más normalita. Y como el pater familias es el Jefe de Estado de eso que llaman España, pues hay quien ha organizado una operación de rescate. Ricardo Rodríguez lo cuenta en «Elsemanaldigital», donde lamenta que «los esfuerzos de la Casa del Rey por relanzar la imagen de la Corona y rescatarla de los estragos causados por los escándalos de Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina, las relaciones de la llamada princesa Corinna, entre otras tantas bombas de relojería, continúan sin calar en amplias capas de la sociedad». Es que están las capas de la sociedad como para dejarse calar... Rodríguez entra luego en materia y señala que «tampoco ha dado frutos un hipotético compromiso arrancado por el círculo de colaboradores del jefe del Estado, encabezado por Rafael Spottorno, a los grandes grupos de comunicación para auxiliar la Corona». Vaya, vaya, así que había un compromiso de los medios para ayudar al cazador de elefantes. ¿Cómo era ese cuento de la prensa independiente? Según el columnista, el compromiso consistía en «garantizar, al menos durante los 7 próximos años, el apoyo a Don Juan Carlos, ahuyentar el debate sobre su abdicación, evitar las críticas alarmistas y tratar de infundir tranquilidad sobre la solvencia de nuestro sistema». Ahuyentar el debate, evitar críticas, infundir tranquilidad... todo un ejercicio de profesionalidad. Por cierto, ¿por qué siete años?

Sin embargo, uno de los supuestos popes de la prensa española se lo habría pensado mejor. Así lo cuenta Rodríguez: «(...) Pedrojota Ramírez era uno de los involucrados en la unidad de acción con la Corona. En la Villa y Corte citaban como ejemplos el cierre de filas del director de El Mundo en una de sus cartas dominicales con el Rey batallador a quien veía como `el mayor activo de la Democracia'», sin embargo, «el idilio de La Zarzuela con El Mundo apenas duró un suspiro», ya que «el todo Madrid (...) se desayunó en portada y a cuatro columnas con los trinques a multinacionales de Urdangarín y señora por asesorías ficticias». Total, que «quedó dinamitado el pacto para salvaguardar al Rey». Eso permítanme que lo dude muchísimo.