El presidente de la Confederación Empresarial de Bizkaia (Cebek), José María Vázquez Eguskiza, abogó ayer en Bilbo por un gran acuerdo político y económico «para, al menos, cuatro años con el fin de poder sacar a Euskadi de la crisis».

En su última rueda de prensa como presidente de Cebek tras veinte años en el cargo, Vázquez Eguskiza señaló que es importante que ese «gran pacto» supere el «tempo» político marcado por la legislatura y las elecciones, y que vaya más allá de lo laboral.

En su opinión, cuanto más se amplíe el «horizonte temporal» del pacto, más fácil será llegar a acuerdos en materias como la fiscalidad o el ámbito laboral, ya que la economía irá recuperándose y habrá «más holgura» económica.

Así mismo, según Vázquez Eguskiza, las empresas «requieren de horizontes estables, como los que propiciaría un acuerdo de largo plazo, para diseñar sus estrategias e inversiones, por lo que sería más fácil captar inversiones extranjeras».

«No hay que diagnosticar, el país ya sabe lo que hay que hacer, que son cuatro o cinco grandes cosas, y hay que empezar a hacerlo», declaró. Para Cebek, si no se logra ese gran acuerdo, la CAV «no podrá salir de la crisis porque está en una situación de emergencia.

De hecho, según las previsiones de los empresarios vizcainos, la economía de la CAV caerá un 1,1% este año, mientras que la de Bizkaia lo hará en una décima más (-1,2%), y en 2013 se perderán 19.700 empleos, de los cuales 10.000 se destruirán en este herrialde.

Además, la previsión de crecimiento para 2014 es de únicamente el 0,8%, sin que aumente el empleo hasta que no haya incrementos «significativos» del Producto Interior Bruto (PIB).

No a la reforma fiscal

Por otra parte, Vázquez Eguskiza mantuvo que «ahora» no es necesaria una reforma fiscal, como debaten los partidos políticos y el Gobierno de Gasteiz, sino que «se debe ver cómo debe ser la fiscalidad en seis o siete años con el objetivo de no perder atractivo para las inversiones».

Para Cebek, si se quiere conseguir la «reindustrialización» del a CAV, se necesitarán incentivos y subvenciones adicionales para las nuevas empresas y las inversiones extranjeras. Así mismo, afirmó que se deberán «reducir los costes productivos, incluyendo los salariales, y mejorar las deficientes» relaciones laborales, que calificó como «las peores de Europa».