Beñat Intxausti ganó la decimosexta etapa del Giro ayer en la meta de Ivrea, logrando su primera victoria en la ronda italiana. El vizcaino que se dio el gustazo de lucir una efímera maglia rosa tras la séptima etapa, se impuso al sprint a sus dos compañeros de escapada, el estonio Tanel Kanger, compañero de Vincenzo Nibali en el Astana, y el polaco Przemyslaw Niemec.

El italiano Nibali conserva el liderato y llegó a la meta junto a sus rivales directos por el triunfo en la general, a catorce segundos, tras 238 kilómetros de esta etapa iniciada en Valloire.

Intxausti fue el más rápido del cuarteto que logró despegarse del grupo principal en el último kilómetro y su osadía tuvo premio en su tercera participación en la ronda italiana que ha acometido con 27 años. Décimo el pasado año en la Vuelta, ayer mejoró ese puesto en el Giro y ahora es noveno en la clasificación general tras la pérdida de tiempo de Santambrogio y Pozzovivo. Como bien dijo luego el de Zornotza, «después de las jornadas de descanso suelen ser días extraños. Ellos igual no se han encontrado bien».

Y es que la principal víctima fue Santambrogio que se quedó descolgado en la subida a la última dificultad montañosa, a unos veinte kilómetros de la llegada, y perdió más de dos minutos, retrocediendo de la cuarta a la sexta plaza en la clasificación.

Las previsiones en vísperas de la carrera de Eusebio Unzue, el manager del Movistar, se han cumplido. El navarro confíó en el vizcaino y acertó de pleno. De soberbia calificaban ayer la actuación del equipo en su propia página web, recordando que «después del segundo puesto en la crono por equipos inicial en Nápoles, de la maglia rosa de Intxausti en Pescara, del asombroso triunfo de Dowsett en la contrarreloj de Saltara y de la inolvidable victoria el domingo de Visconti en el Galibier, hoy -por ayer- Beñat Intxausti ha culminado el festival de la escuadra telefónica con un sonado éxito en la llegada a Ivrea».

Una escapada de 22 ciclistas, entre los que se encontraba Gorka Verdugo, se formó en la ascensión al puerto fronterizo de Mont-Cenis. El equipo de Nibali dejó a este grupo una ventaja máxima de casi cinco minutos. Pero la fuga no cuajó y los últimos escapados -Kelderman, Pirazzi, Navardauskas y Pate- fueron alcanzados antes de la cumbre de la última dificultad.

Asoma Samuel

En la bajada de 10 kilómetros asomó en cabeza Samuel Sánchez, empeñado en anotarse una victoria que justifique su presencia en la carrera rosa, pero su descenso solo sirvió para juntar al grupo principal, aunque a algunos les costó trabajo jugarse el tipo a alta velocidad.

Finalmente, en los últimos 8 kilómetros de llano se sucedieron los intentos de despegue. De nuevo Samuel saltó a 5,7 de meta y luego a 1,8, pero no era el día del asturiano de Euskaltel.

Kangert atacó en varias ocasiones y arrastró con él, a 6 kilómetros de la meta, a Intxausti, Niemiec y el holandés Robert Gesink, quien se quedó rezagado debido a un pinchazo cerca de la llegada. Intxausti aprovechó la ocasión para apuntarse su tercera victoria como profesional en una trayectoria en la que destaca además su segunda puesto en la general final de la Euskal Herriko Itzulia de 2010.

Hoy la etapa tendrá como protagonistas a los velocistas, y se disputará entre Caravaggio y Vincenza (214 km), antes de tres duras jornadas en las que no estará Taylor Phinney, que abandonó por enfermedad.