Final en El Sadar
Los envites ante sevillistas, siempre trascendentales
Natxo MATXIN
11 de mayo de 2011. El Sadar, 22.45. Las caras de los aficionados al descanso reflejan la desolación en la grada. A dos puntos del descenso, sendos goles de Álvaro Negredo en la primera parte hacen que el objetivo de la permanencia se complique sobremanera, ya que los rojillos deben visitar en la siguiente jornada al Getafe, que está uno por debajo, donde finalmente acabarían perdiendo. El panorama está muy negro y se ve casi imposible la reacción.
Sin embargo, esta acaba llegando con el acierto de Kike Sola y el pundonor de todo el equipo, reflejado en la cara sangran- te de Camuñas al recibir un golpe en la generación del tercer gol, que da pie a la remontada y el delirio entre la hinchada. Fue el último ejemplo de la confirmación de que los Osasuna-Sevilla no son un partido cualquiera, casi siempre hay algo vital en juego, y este domingo volverá a suceder lo mismo.
Un anfitrión que vuelve a estar en apuros y que necesita imperiosamente la victoria -un resultado que abre muchas opcio- nes a la salvación- y un visitante que trata de agarrarse al último clavo ardiendo de disputar competición europea el próximo año. Una necesidad mutua que se repite como en anteriores precedentes.
Antes del dramático encuentro citado de hace dos años, las dos escuadras también se midieron en un envite histórico, en ese caso por una meta bastante más glamurosa: entrar en la final de la entonces Copa de la UEFA. El 26 de abril de 2007 los hispalenses se escaparon vivos de un choque en el que los entonces dirigidos por Cuco Ziganda se pusieron por delante en la eliminatoria (1-0), pero una desafortunada lesión del árbitro, el holandés Eric Braahmaar, obligó a detener el choque durante cinco minutos, justo cuando Osasuna tenía contra las cuerdas a su adversario.
Combate de boxeo
La irreconciliable rivalidad entre navarros y andaluces -las aficiones de ambos clubes se llevan fenomenal- data del presente siglo. Un partido liguero disputado en el estadio iruindarra en octubre de 2002, en el que los locales consiguieron hacerse con los tres puntos gracias a un gol conseguido con la mano por John Aloisi, comenzó a desatar las desavenencias.
Discrepancias que se alimentaron con la vuelta copera bajo la nieve de la 2003-2004 -prórroga y penaltis incluidos para eliminar al Sevilla-, con el posterior enfado hispalense alegando que no debía haberse disputado el encuentro. La cosa no quedó ahí, ya que al final de esa misma campaña, ya en Liga y en el Pizjuán, se pasó al enfrentamiento cuerpo a cuerpo, con el «espectáculo» pugilístico que protagonizaron Ibrahima Bakayoko, Chengue Morales, Pablo Alfaro y David Navarro.
El último capítulo de los culebrones entre rojillos y los de Nervión se escenificó en enero de 2008, también en el feudo hispalense cuando Ziganda y el entonces delegado del club hispalense, Cristóbal Soria, acabaron enzarzados en una trifulca, que derivó en una demanda judicial del de Larraintzar por calumnias. Afortunadamente, el agresivo tono de esos años anteriores se ha ido rebajando en los últimos tiempos y se espera que el duelo de este próximo domingo a las 20.00 en El Sadar sea puramente deportivo.
Osasuna y Sevilla se han medido en partidos con mucho en juego de todas las competiciones posibles: Liga, Copa y UEFA. Y en algunos casos, la tensión llegó a límites más allá de lo estrictamente deportivo.
El Sadar será una olla a presión este domingo. Para las 17.10 de ayer, las entradas ya se habían agotado, lo que da una idea de la respuesta de la afición rojilla.
Para darle mayor importancia al encuentro, el club ha organizado una serie de actos, entre los que se incluyen la realización en el campo de un mosaico.
Además, volverá a reeditarse la Zona Rojilla en el frontón de Cordobilla a partir de las 15.00 -más información en la página web del club- y también el recibimiento al autobús del equipo. N.M.
Fazio y Medel son los dos quebraderos de cabeza de Unai Emery para el compromiso del domingo. El argentino tiene molestias en la rodilla y se quedó en el gimnasio -su puesto lo ocupará Botía-, mientras que Medel guardó reposo por una lumbalgia.
La estadística está del lado rojillo, ya que Osasuna solo ha perdido en una ocasión contra el Sevilla en El Sadar en lo que se lleva del presente siglo. Así, la escuadra navarra acumula un total de cinco victorias y otros tantos empates desde la temporada 2001-2002.