La Cámara de los Comunes aprueba la legalización del matrimonio homosexual
GARA | LONDRES
La Cámara de los Comunes británica votaron ayer a favor del proyecto de ley para permitir el matrimonio homosexual. El texto pasa ahora a la Cámara de los Lores, en el marco de una tramitación parlamentaria que podría permitir la celebración de las primeras bodas gays en verano. Un total de 366 diputados optaron por el «sí», mientras que otros 161, en su mayoría miembros del Partido Conservador, votaron en contra de los planes propuestos por el Gobierno para legalizar las bodas gays en Inglaterra y Gales.
En su anterior paso por la Cámara, el texto obtuvo 400 votos a favor contra 175. La aprobación se ha conseguido gracias al rechazo el lunes de una enmienda de los conservadores que amenazaba con retrasar el proyecto de ley.
El diputado conservador Tim Loughton, abiertamente crítico con la posibilidad de legalizar el matrimonio homosexual, planteó esta enmienda que el Ejecutivo interpretó como una treta para entorpecer la tramitación y que fue finalmente tumbada con el voto en contra de 375 diputados frente a 70, la mayoría de estos conservadores.
Problemas para Cameron
Un acuerdo con los laboristas permitió superar el escollo, pero se ha interpretado como otro signo de debilidad del primer ministro, David Cameron, cuya autoridad está cuestionada entre los euroescépticos y el ala más conservadora de su partido.
El Partido Conservador dio libertad de voto a sus diputados para pronunciarse a favor o en contra de ampliar las uniones civiles a todo tipo de parejas. La formación ha vuelto a anteponer la conciencia e ideología individuales a la disciplina de partido después de que, en febrero, la mitad de sus parlamentarios rechazasen el matrimonio gay.
Los parlamentarios contrarios a la ley argumentaron que el Estado gastará cerca de 4.000 millones de libras (unos 4.640 millones de euros) debido al pago de pensiones. Ante la oposición que han planteado la Iglesia Anglicana y otras organizaciones, los legisladores han optado no solo por eximirlas de la obligación de casar a personas homosexuales sino por prohibir expresamente el oficio de bodas gays en el ámbito religioso sin permiso explícito del Gobierno.
Aunque el matrimonio de parejas del mismo sexo no suscita una gran controversia entre los británicos -la mayoría está a favor- sí que es motivo de fricciones entre los tories. En los últimos días, además, las bases del Partido Conservador han esgrimido razones electorales para tratar de frenar la legislación, ya que consideran que su aprobación será un lastre para los «tories» en los próximos comicios, en 2015, y otorgará en cambio nuevos apoyos al euroescéptico UKIP, que ha ganado terreno respecto a los conservadores gracias a su antieuropeísmo.
La aprobación del proyecto, no obstante, no cierra su curso legislativo. Hoy se presentará ante la Cámara de los Lores, donde el debate comenzará en junio y podría encontrarse con una gran resistencia, sobre todo por parte de los obispos.