convocatoria del lehendakari en lehendakaritza
El continente marca el contenido
Iñaki IRIONDO
Nadie puede creer que reunir a las cinco y media de la tarde a doce personas de cinco partidos distintos, con un orden del día de ocho puntos que van desde «las bases para una reforma fiscal armonizada y consensuada» a las «políticas públicas y políticas sociales», pasando por la «situación de recesión en Europa», puede dar lugar a ningún tipo de acuerdo. Y menos aún si previamente no se han intercambiado propuestas ni se ha trabajado en limar aristas. El portavoz del Gobierno convocante, Josu Erkoreka, afirmó ayer que las criticas de la oposición son «al continente, que no al contenido», y les advirtió de que la ciudadanía «no entendería» que se pusieran objeciones formales al acercamiento de posturas.
Ocurre, sin embargo, que en estas convocatorias el continente condiciona el contenido. Incluso hay quien sostiene que en realidad no hay más que continente y este es, además, cambiante. Cabe recordar que tras el fracaso presupuestario, contradictoriamente explicado por el Ejecutivo, el lehendakari ofertó «un pacto de país» a PSE y PP, del que excluyó a EH Bildu, lo que al día siguiente ratificó Erkoreka hablando de autoexclusiones. A las 48 horas, Urkullu metió el freno de mano para dar un trompo y anunció la convocatoria de dos mesas en Ajuria Enea, una institucional y otra de partidos, para un «acuerdo de estabilidad» en torno a seis compromisos. Sin embargo, de la reunión con las diputaciones se cayeron los de fiscalidad, su mayor competencia, y todo quedó en un reparto del plus de déficit. El pasado miércoles, el lehendakari dijo que remitiría a los partidos un guión, un orden del día y documentación. Incumpliendo la palabra de Urkullu, el Gobierno no repartió más que ocho enunciados genéricos. El PNV, publicitando en los medios que presentaría una propuesta sobre fiscalidad -debate que se hurtó a la mesa institucional-, se encargó de condicionar mediáticamente la reunión de ayer. El jeltzale Markel Olano avisó que, con su oferta, el PNV forzaba al resto a retratarse.
Y ese es el problema. Que parece que esto va de retratos y que lo que el gobernante PNV pretende hacer es eludir su responsabilidad y tratar de achacar los disensos al resto. Ganar tiempo para retrasar el momento en el que tenga que optar por un compañero con el que gobernar. Porque gobernar es elegir, no sentarse en una mesa a ver si cae un acuerdo.