Una reforma fiscal armonizada requiere el acuerdo de tres fuerzas
Cualquier reforma fiscal y plan de lucha contra el fraude que pretendan ser «armonizadas» como propone el Gobierno de Lakua, exige el acuerdo del PNV con dos de las tres fuerzas políticas restantes para que puedan aprobarse en las Juntas Generales de todos los territorios. Si el PNV lograra un consenso inicial con el PSE, el tándem tendría luego que decidirse por buscar el apoyo en Bildu o en el PP, con las evidentes diferencias de fondo que ello supone.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El PNV anunció ayer a través de una nota su intención de «iniciar contactos con todas las formaciones políticas de cara a establecer una inminente ronda de negociación sobre la renovación del marco tributario y el establecimiento de un plan integral de lucha contra el fraude fiscal». En la reunión celebrada el martes en Lehendakaritza, Iñigo Urkullu delegó en los partidos la búsqueda de acuerdos antes de junio en esta materia. La fórmula de establecer los contactos quedó abierta y los jeltzales ya manifestaron su deseo de tener encuentros cara a cara con cada una de las fuerzas políticas. También el PSE mostró interés por poder hacer sus propias convocatorias.
Si el propósito común es el de fijar las bases para una reforma fiscal que sea armonizada en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, la composición de las Juntas Generales obliga a que los acuerdos que se alcancen involucren, al menos, a tres de las cuatro grandes fuerzas políticas de la CAV.
Dando por hecho que sin la participación del PNV no habrá una reforma fiscal que afecte a los tres territorios, este partido es el encargado de buscar acuerdos. Aunque todavía las diferencias son muy sustanciales, con quien más avanzado tiene el camino es con el PSE. En el hipotético caso de que ambos partidos logren un acuerdo, numéricamente solo sería operativo en Bizkaia. El tándem tendría entonces que optar por atraer a Bildu o al PP, lo que daría lugar a dos modelos de reforma totalmente distintos. Es más, fuera cual fuera la elección, en Araba o en Gipuzkoa se aprobaría en JJGG una norma contraria al sentir de quien gobierna la correspondiente Diputación.
Propuesta del PNV
Durante la reunión de Lehendakaritza el PNV entregó al resto de formaciones sus propuestas para la reforma fiscal y la lucha contra el fraude, documentos que ayer publicó también en su página web. La presentación del texto, que contempla una comunicación entre las haciendas forales para evitar el fraude, estuvo precedida de una dura posición pública del portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, poniendo en duda la intencionalidad con la que la Diputación de Gipuzkoa propuso un convenio para la interconexión de todos los sistemas informáticos.
El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, explicó ayer que, según los técnicos, con esa medida «se adelantaría mucho» en la lucha contra el fraude fiscal, y destacó que «decir lo contrario es, por un lado, demostrativo de la ausencia de voluntad política y, por otro, insultante, porque pone el fantasma de la duda sobre los inspectores y técnicos que trabajan en Hacienda».
También el secretario general del PSE, Patxi López, consideró «impresentable» que el portavoz del Gobierno «diga que no se puede hacer la interconexión de datos fiscales en tiempo real, porque no se fían de la utilización que pueda hacer la Diputación de Gipuzkoa de esos datos». Aseguró que es «muy grave que pongan en duda la profesionalidad de los funcionarios de esta Hacienda Foral». Añadió que si el problema es Bildu, la culpa es del PNV por no hacer una moción de censura.
Iñigo Urkullu entregó a los partidos un documento general que en esencia es el mismo que repartió en la negociación presupuestaria. Añade la propuesta de unificar en una misma ponencia parlamentaria el estudio del modelo institucional y del nuevo estatus.
El PNV anunció ayer su intención de iniciar de inmediato una ronda de contactos bilaterales con el resto de partidos para abordar la reforma fiscal y la lucha contra el fraude. En la reunión, el PSE dejó entrever que podría organizar también sus propias reuniones.
El Gobierno de Lakua y el PNV fueron los únicos asistentes a la reunión de Lehendakaritza que salieron la noche del martes haciendo una valoración positiva del encuentro. Y, yendo más allá, Iñigo Urkullu aseguró ayer ante la Asamblea General de la Confederación Empresarial de Bizkaia, que la cita con los partidos «marca un nuevo tiempo». Considera muy importante que se reunieran todas las formaciones, y que coincidan en lo duro de la situación y en los temas para buscar acuerdos.
Sin embargo, todos los partidos de la oposición coincidieron ayer en enfriar el optimismo del Gobierno y del PNV. Algunos medios habían querido ver en una cierta moderación verbal de Patxi López a la salida del encuentro, el inicio de una senda de acercamiento a los jeltzales. Ayer lo desmintió tajantemente desde Donostia, reiterando no solo las diferencias en materia fiscal, sino recordando que quien busque acuerdos con su partido habrá de hacerlo de forma global, tanto en la fórmula para obtener más ingresos, como en su distribución.
EH Bildu también mostro su preocupación por el «falso optimismo» que estaba intentando vender el PNV que, en su opinión, lo único que pretende obtener es la suma de más de 38 escaños para poder gobernar con tranquilidad. La coalición abertzale insiste en que las medidas económicas deben tener carácter integral y avanzar hacia el cambio de modelo.
El PP, a través de Iñaki Oyarzábal, criticó al lehendakari por «falta de concreción» y por «generar inquietud». Añadió que el modelo de reuniones conjuntas «no sirve». Tampoco UPyD está satisfecha. GARA