El Gobierno municipal donostiarra ofreció ayer un desayuno a los medios en los que presentó su balance de la primera mitad de la legislatura. El alcalde, Juan Karlos Izagirre, indicó que hace dos años la ciudadanía respaldó un proyecto que aboga por una ciudad «abierta, paritaria, más plural, euskaldun, participativa, socialmente más justa y tan viva o más que antes».

Resaltó la capacidad para llegar a acuerdos «con todos», el más reciente el suscrito con el PSE en torno a la recogida de residuos. Respecto a la sentencia del Constitucional que impide tener como responsables a personas no electas y que afecta a los delegados de Hacienda y Cultura, apuntó que «se mantendrá el equipo», si bien siguen analizando las fórmulas.

Recordó que Bildu tomó las riendas en una época de grave crisis y como dato señaló que el presupuesto de este ejercicio es 108 millones menor que el de hace cinco años, pero que no se han incrementado los niveles de deuda. «Hemos ahorrado en proyectos faraónicos y en protocolo, dietas y regalos», señaló.

Entre sus prioridades destacó los trabajos para paliar las inundaciones en la cuenca del Urumea, los proyectos urbanísticos de Txomin y Martutene, Tabakalera y Donostia 2016, las inversiones en los barrios, la euskaldunización, la movilidad sostenible y la participación ciudadana, para cuya regulación presentarán próximamente una propuesta normativa.