Ner Group suma buenos resultados con la ética como base del proyecto
En sus tres años de andadura, los buenos resultados económicos han rodeado a Ner Group, que aglutina a 21 organizaciones, de manera que en 2012, en plena crisis, cerró el ejercicio con un incremento en facturación del 26% y un resultado que duplica el de 2011. Para este año, augura un aumento que representa un 160% más sobre el anterior. Evolución que, más allá de las cifras, responde a «otra manera de hacer y sentir», con la «ética como base».
Iraia OIARZABAL | DONOSTIA
«El crecimiento por el crecimiento es una locura». Ésta es una de las muchas afirmaciones lanzadas ayer en Donostia por Koldo Saratxaga, promotor de Ner Group, una agrupación de empresas y organizaciones que, precisamente, suma resultados positivos desde que nació en 2010. Aunque, por encima de los datos puramente económicos, Saratxaga destaca la apuesta por el «desarrollo humano sostenible». Un concepto que relaciona como causa y efecto de esa buena marcha.
Además de las ganancias en términos financieros, la filosofía de Ner Group se traslada también a las condiciones de trabajo. De hecho, el equilibrio salarial es una de sus bases, unido al reparto del 30% de los resultados anuales de la actividad y la actualización de las bases imponibles con el IPC.
La traducción en cifras de este «nuevo estilo de relaciones» (Ner) se refleja en que, en 2012, las organizaciones del grupo cerraron el año con un incremento en facturación de un 26% (279 millones) y un resultado que duplica el de 2011.
Para este año, la previsión contempla un aumento del 17% en facturación para lograr los 326 millones de euros, que aportará un resultado del 11%, lo que representa un incremento del 160% sobre el ejercicio anterior. En lo que va de año, según reveló Saratxaga, que compareció junto a representantes de empresas del grupo, los objetivos están evolucionando en línea con lo previsto.
«Dedicación a las personas»
«¿Por qué hemos llegado aquí?», es la pregunta que lanzó Saratxaga para comenzar su exposición, que a pesar de lo jugoso de los datos, quiso centrarse en transmitir las bases del «nuevo estilo de relaciones» que impulsa el grupo. Así, destacó que dedicación a la sociedad y las personas centran esa «otra manera de hacer y sentir».
En esta línea, hizo hincapié en valores como la solidaridad, la transparencia, la comunicación, la confianza, el consenso y la responsabiliad. Palabras que se materializan en hechos concretos como que -según explicó- en los tres años de vida de Ner Group no se ha despedido a ningún trabajador. También subrayó que lo primero que se hace cuando una empresa entra a formar parte del grupo es establecer un equilibrio salarial interno, con pocas categorías y eliminando los «privilegios» que pudiera haber anteriormente. Añadió que, en caso de que hubiera que reducirse el salario, el baremo es igual para todos.
Otro ámbito en el que incidió Saratxaga es la comunicación y la transparencia, tanto hacia el cliente como a nivel interno. Algo que, considera, debe llevarse «a rajatabla» y que se traduce en una mayor eficiencia. Es por ello que las decisiones se toman siempre en asamblea, entre propietarios y trabajadores.
En definitiva, propone dar un giro radical al modelo organizativo imperante hasta ahora, donde la capacidad de decisión recae sobre unos pocos cargos directivos. Defiende Saratxaga que ese modelo es «pasado». Igual que cree poco acertadas las recomendaciones que desde distintos ámbitos se escuchan es este contexto de crisis. «¿Por qué otros de fuera nos tienen que poner las reglas del juego? Podemos esperar a que eso siga siendo así o podemos hacerlo de otra manera», sostiene.
Uno de los aspectos a destacar es que en sus tres años de andadura no se ha ejecutado ningún despido en Ner Group, que a la vez rechaza de forma rotunda la realización de horas extra, por considerar que no son «éticas» en un contexto de crisis.
Un total de 21 firmas, entre ellas Ampo, Ekin, Urtxintxa, Lancor, Panefilsa, K2K Emocionando, Sarein, Icaza, Trebeki o Kondia, forman parte de Ner Group. Aunque formar parte de este grupo supone asumir un cambio organizativo, solo un 1,1% que inicia el camino decide abandonarlo.