Londres ha cedido a acoger en Gran Bretaña a casi 600 intérpretes que trabajaban para las tropas británicas que ocupan Afganistán, así como a sus familias, que temen represalias de los talibanes después de que la OTAN abandone el país.

EEUU ya ha dispuesto un sistema de visas, pero Gran Bretaña se mostraba reticente. Las autoridades afganas señalaron que no quieren la salida de «personal cualificado» minimizando las amenazas que denuncian.

El primer ministro británico, David Cameron, había prmetido «una muy generosa ayuda financiera» para que permanecieran en el país, y quería limitar el derecho de asilo solamente a «casos extremos», pero la presión de los traductores ha hecho ceder a Londres.