La novela «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez es considerada como la obra referencial del realismo mágico, una corriente literaria de mediados del siglo XX que se caracteriza por la narración de hechos insólitos, fantásticos e irracionales en un contexto realista. Recuperado de los problemas en su mano derecha que le hicieron suspender la semana pasada, el zaguero de Leitza se apunta a esta ola en las horas previas a su enfrentamiento con un Aimar Olaizola que iniciará la defensa de su txapela, algo que no ha conseguido nunca en el mano a mano.

«Soy realista y sé que ahora mismo hay dos o tres pelotaris que están a otro nivel cuando jugamos mano a mano. Aimar es uno de ellos y ganarle es muy muy difícil, pero para mí jugar contra él el sábado va a ser un premio y voy a salir a por todas. Tengo la confianza de que en deporte siempre suele haber sorpresas, días especiales... y ojalá el sábado sea uno de esos», señaló el zaguero de Aspe.

En caso de conseguirlo, sería la primera vez que Barriola superase al delantero de Goizueta en el Manomanista, bien es cierto que, por mucho que hayan coincidido 15 años en profesionales, solo se han enfrentado en dos ocasiones, la última en la final de 2007.

Tras sus victorias ante Iker Arretxe y Julen Retegi, Barriola se vio obligado a aplazar su partido de cuartos de final por un mal de manos aparentemente solucionado. «Me ha costado darle la vuelta pero me he recuperado y no hay excusas. Llego tras ganar dos partidos, me encuentro en buen momento, de las manos la pelota en los entrenamientos me sale bien, de piernas estoy bien... así que no puedo pedir más. Hace unos años no sé si estaba mejor o peor, ya ni me acuerdo, pero lo más importante es lo del momento. Ahora estoy bien, llego bien y a ver si hago un buen partido y ojalá llegue a 22», agregó el de Leitza.

La prudencia del campeón

En el caso de Aimar Olaizola, el vigente campeón debuta en el campeonato casi mes y medio después de jugar su último partido de competición, algo a lo que no está demasiado acostumbrado. Ha tenido mucho tiempo para preparar la defensa de su gerriko colorado, pero las sensaciones no han sido demasiado halagüeñas. «En los entrenamientos no me he quedado muy a gusto, pero siempre decimos que lo importante es el día del partido. Es diferente, cambia todo, pelotear desde atrás, restar saques...», señaló.

No obstante, afronta el Manomanista «con ilusión. Siempre solemos decir que para los pelotaris esta es la txapela más importante. El año pasado tuve la suerte de ganar y este año parto con gran ilusión, aunque sé que está muy difícil. Además, creo que, entre los que llegan de abajo, me ha tocado el más complicado o uno de los que más, porque Abel juega muchísimo».

Bilbo y Donostia

Por otro lado, la LEP.M confirmó ayer a Bilbo y Donostia como las sedes de los partidos de semifinales. Urrutikoetxea y el ganador del Labrit el sábado 1 en el Bizkaia e Irujo y Bengoetxea un día después en el Atano III.