adolfo muñoz | txiki secretario general de ela
«Donde no se pelea, siempre se pierde más; en esta coyuntura toca luchar»
Sexta huelga que se convoca en Hego Euskal Herria desde que comenzó la crisis económica, que actúa como un «tsunami» contra las condiciones laborales, salariales y de empleo generando mayor exclusión social y pobreza. Txiki Muñoz recuerda que «allí donde se están aplicando estas recetas neoliberales, y no se peleó, se perdió mas». Llama a la huelga y a la lucha.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Mencione tres razones para salir a la huelga general el 30-M.
Debemos deslegitimar las políticas que estamos sufriendo. Planteamos la alternativa, la socializamos y reforzamos el espacio social y sindical con perspectiva de cambio político.
Al conjunto de trabajadores, ¿qué les dice ante esta sexta huelga general?
Analizando dónde se han aplicado estas políticas, hemos aprendido que donde no se peleó, se perdió más. Y que hoy hay un ataque inmisericorde que no sabemos lo que va a quedar de pie en lo social y en lo laboral. Así, en esta coyuntura, toca luchar. Deben saber que viene un empobrecimiento social. Las organizaciones sindicales y sociales estamos llamadas a mostrar cualquier cosa, menos indiferencia y pasividad.
¿Cómo se le da la vuelta a este catálogo de recortes sin piedad?
El poder económico es muy fuerte. En Euskal Herria, el ámbito sindical y social no ha fallado, aunque llevemos ya con ésta seis huelgas generales. Porque hemos planteado una agenda de movilización y de alternativa. Ha fallado la clase política, que no ha querido una dialéctica con esa expresión social, sindical y política. La huelga general es política, sí. Nosotros resistimos, pero a la clase política le arrastran. Ha sido desplazada por la extrema derecha económica. Lo que estamos haciendo tiene un gran valor al plantear una agenda reivindicativa. No va a cambiar nada si no conseguimos que la política cambie de rumbo.
¿Qué piensa cuando políticos y empresarios cuestionan la huelga general?
Es un instrumento esencial de la lucha del movimiento obrero, digan lo que digan. Tiene la capacidad de poner en común a sindicatos y movimientos sociales. Permite llegar a la sociedad. Hacemos más de 3.500 asambleas y socializamos la alternativa. Quienes nos critican son los que no cuestionan las políticas que nos están llevando al desastre social.
CCOO y UGT rechazaron la unidad de acción en la huelga general, ¿qué reflexión le merece?
Les hemos interpelado para la huelga general y han dicho que no. CCOO y UGT prefieren estar sentados en la comisión de expertos que ha creado Rajoy para el recorte brutal de las pensiones. De doce componentes, ocho son del mundo financiero y del mundo de los seguros. Cada uno hace sus opciones. Necesitamos la unidad de acción, pero no puede ser un elemento demagógico. Sumado a eso, firmaron la reforma de pensiones de Zapatero, que Rajoy la ha destrozado en marzo. Ha creado la comisión de expertos, para que le digan lo que quiere oír ante la brutal reforma. Quien está ahí legitima ese proceso. Han preferido eso que estar con nosotros en la pelea y en la lucha.
Otra discrepancia con CCOO y UGT es el acuerdo con la patronal sobre la negociación colectiva. El consejero vasco Juan María Aburto dijo que «lo envidia». ¿Qué piensa?
Que será porque defiende la congelación salarial, la caída salarial y es lo que está haciendo en el Gobierno. Al movimiento sindical le está costando mucho, y es un eje central, explicar la relación que tiene el salario y el empleo. Si perdemos salario, perdemos empleos. La reforma de negociación colectiva tiene un objetivo: la caída salarial. El acuerdo en Madrid es un acuerdo donde a un árbitro se le deja que decida. Como estamos convencidos de que la defensa del poder adquisitivo de los salarios es parte de la solución, no estamos de acuerdo ni con Aburto, ni CCOO, ni UGT, ni CEOE ni con quien ha hecho la reforma.
¿Qué quedará con la nueva reforma de las pensiones que ya están trabajando, como ha recordado antes, con los expertos?
La mayor parte de la clase política vasca se ha puesto contenta -entre comillas- por la flexibilidad del margen del déficit. Europa sabe perfectamente que España no iba a cumplirlo, pero lo está instrumentalizando para que salgan adelante las reformas que ellos quieren y que se desvelarán el 29 mayo. Pero, la clase política vasca oculta que a cambio de unas décimas del margen del déficit viene una reforma de pensiones brutal. La tercera en dos años.
¿Qué supondrá?
Llevar la edad de jubilación más allá de los 67 años, la no revalorización de las pensiones según el IPC, y rechazo a la actualización de los años cotizados con anterioridad en función del IPC. Un estudio de una agencia cercana al PP indica que las pensiones van a caer entre un 22% y un 45% con esas medidas. Es lo que viene. Además, se habla de otra reforma laboral y que se tiene que tocar el desempleo. Son políticas innecesarias, pero son ideológicas.
¿Qué futuro nos queda ante esta situación dramática?
Planteamos luchar, un cambio alternativo y de modelo y, desde luego, no generar desaliento y frustración.
¿Es difícil ante la gravedad?
El cambio de las políticas llegará de forzar a que los políticos reaccionen, porque están con sordera. Solo tienen una preocupación; la lucha electoral. Todo el mundo sabe que por esa vía pierden electoralmente, pero siguen tropezando. Se suceden en en los gobiernos, pero parece que no pasa nada. Por eso, la movilización es el resorte que provoca el cambio en las ideas. Estamos en una fase en donde tienen tal poder, que nuestra posición tiene un grandísimo valor. El problema no está en la capacidad de interpelación del movimiento social y sindical, sino en que la política no engancha con la mayoría social. No hay otra alternativa que seguir en la movilización para provocar ese cambio necesario.
¿Porqué no engancha en el PNV, ahora, y antes, en el PSE?
Porque antes y ahora están colaborando en una fase mayor de acumulación de capital. ELA no se ha desplazado al monte, sino que la política ha seguido a pies juntillas los dictados del capital. Urkullu entra y presenta los presupuestos más antisociales desde el inicio de la transición. Van a tener un coste en empleo muy duro. Se están destruyendo puestos de trabajo con el presupuesto antisocial que presentó. Aunque, da igual que lo apruebe o no el Parlamento, porque el PNV aplicará los recortes. No van a gastar lo que no ingresan. Es así.
«La Carta Social generará una alternativa muy socializada»
Habla de la falta de ingresos, pero cada vez se conoce más la profundidad del fraude y la evasión fiscal. ¿Qué hay que hacer?
Nos gustaría conocer lo que cada partido plantea. No hay derecho a que se celebren reuniones, en donde nadie sabe qué plantea sobre información, transparencia, lucha contra el fraude y modificación de tributos. Sabemos que el margen de presión fiscal que existe con Europa una gran parte es fraude, otra la descapitalización fiscal que han provocado las haciendas cuando tenían superávit. Se decía “dejar el dinero en los bolsillos es inversión y empleo”. Sirvió para la especulación y la evasión. Llama la atención la defensa numantina del «Tea Party fiscal vasco», protagonizado por Araba y Bizkaia, que se han resistido a tocar la fiscalidad.
¿Pide otra política fiscal?
Es un elemento esencial de la huelga general el planteamiento de cambio radical de las políticas fiscales. El veto a la fiscalidad lo pone la patronal. Sigue el modelo republicano estadounidense: bájenme impuestos y el gasto social, aunque ellos le llaman gasto corriente. Es lo que dijo la secretaria general Confebask, Nuria López de Gereñu, cuando el PNV presentó los presupuestos. Dijo que eran unos presupuestos excesivamente sociales.
¿Hay que romper con Madrid?
Sí. Con elementos de credibilidad actuales.
¿Como cuáles?
No aceptar el techo de gasto. ¿Que supone el Concierto Económico cuando el gasto lo decide España? El PP tiene modelo en lo político, económico, social, educativo y mientras está en el poder aprovecha muy bien el tiempo. Es neocentralismo, unido al neoliberalismo. En la medida en que tú entres al gobierno y no discutas eso, vas a hacer lo que Rajoy diga. Probablemente gran parte de eso, el PNV lo hace porque está de acuerdo con esa política. Pero nosotros, no. Desde un punto de vista de clase y de defensa del soberanismo, la crisis es una gran oportunidad para articular respuestas políticas distintas.
¿La Carta de los Derechos Sociales es una respuesta distinta?
Evidente. Será lo que las organizaciones sindicales y sociales queramos. Que sea muy participativa, que la gente aporte. Tiene que ser una base programática compartida, alternativa, que no dé ningún tipo de colaboración al poder económico y político que están haciendo este desaguisado. A partir de ahí, tiene que tener los componentes de interpelación a la política y a la movilización. Hay que trabajarla mucho, porque generará una alternativa muy socializada. Hoy la democracia se ejerce mejor en la calle que en los parlamentos, que están controlados por el capital. El poder, o te convence, o te compra, o te reprime, pero siempre te estigmatiza. J.B.