Los servicios de seguridad, en la picota por el ataque de Londres
Los servicios de seguridad británicos están siendo el objeto de críticas por el ataque el pasado miércoles a un soldado en Londres, cuyos sospechosos eran conocidos y habían sido vigilados. El Gobierno respondió que «no se puede controlar a todo el mundo en una sociedad libre», aunque prometió una investigación parlamentaria para comprobar si hubo fallos.
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Los servicios de seguridad británicos están siendo objeto de críticas por su actuación sobre los dos sospechosos de la muerte de un soldado en Londres apuñalado con un cuchillo de cocina y un pequeño machete en plena calle el pasado miércoles. Según el diario «The Guardian», ambos eran conocidos por los servicios de espionaje interior, el MI5 desde hacía ocho años.
«Los asesinos estaban bajo vigilancia, entonces ¿por qué el MI5 no ha actuado?», se preguntaba el tabloide «Daily Express» a doble página.
Desde Downing Street se ha reconocido que estas informaciones no son falsas. Y ante la conmoción suscitada, el Gobierno ha prometido una investigación parlamentaria para determinar si hubo fallos por parte de los servicios de información y de la Policía, a la vez que defiende su actuación.
«Me he reunido con especialistas en seguridad que explican qué dificil es controlar a todo el mundo en una sociedad libre», advirtió el ministro de Colectividades locales, Eric Pickles, en la BBC. «Hay un mundo entre tener posiciones extremistas y cometer un asesinato», añadió. Richard Barret, antiguo responsable en «contraterrorismo» del MI6, los servicios de inteligencia exterior, también sostiene que «es increíblemente difícil» prevenir este tipo de dramas.
Los dos supuestos autores «provienen probablemente de un pequeño grupo sin lazos con el extranjero o sin relaciones importantes en Gran Bretaña que atrajeran la atención de las fuerzas de seguridad», opinó. «Cuando una persona expresa puntos de vista radicales, se convierte en extremista violento? Para encontrar indicios, creo que es extremadamente difícil. Una cosa es anotar sus nombres y otra es seguir sus desplazamientos», insistió.
Según el «Daily Telegraph», uno de los sospechosos, Micahel Adebolajo, fue detenido en 2006 en enfrentamientos con la Policía en Londres. Convertido al islam hace una década, frecuentaba la ilegalizada organización islamista Al Muhajirun, según su exlíder Anjem Choudary. La prensa británica insistía ayer sobre sus lazos con el islamismo. Adebolajo, junto a su supuesto cómplice, Michel Adebowale, fueron heridos por la Policía al ser detenidos y siguen hospitalizados.
Avión paquistaní desviado
Prueba de la alarma que se vive en las fuerzas de seguridad británica, dos hombres fueron detenidos ayer en el aeropuerto de Stansted por poner en riesgo un vuelo de la compañía Pakistan International Airlines (PIA) que fue desviado de su ruta y escoltado por dos cazas británicos.
El vuelo, con 297 pasajeros, aterrizó en el aeropuerto a las afueras de Londres tras un incidente a bordo. Según algunos pasajeros, los dos hombres trataron «varias veces» de entrar en la cabina de mando y, ante la negativa de la tripulación, «comenzaron a discutir y a lanzar amenazas».
Fuentes de la compañía aérea añadieron que cuando la tripulación se acercó «les pidieron que se alejaran o, de lo contrario, harían estallar el avión».
Poco después del aterrizaje, la Policía de Essex informó de que dos hombres de 30 y 41 años fueron detenidos por poner en riesgo el avión, sin dar apenas detalles, aunque fuentes de la investigación aseguraron que «no parece que el incidente tenga carácter terrorista».
El ministro francés de Interior, Manuel Valls, subrayó ayer que «hace falta una acción global» contra el terrorismo, a la vista de las acciones de los últimos días en Londres y en Níger, y advirtió de que el Estado francés puede ser objeto de nuevos ataques. Valls, en una entrevista a la emisora France Info, afirmó que hay un islamismo integrista con «un discurso radical, de odio, que puede golpear nuestro país. Afrontamos una amenaza terrorista mundial y Francia está concernida», recordando el ataque en Toulouse de Mohamed Merah en marzo del pasado año. El ministro sostiene que esta amenaza está encarnada por «pequeños grupos radicales. No son lobos solitarios, contrariamente a lo que he oído, porque actuar solo no significa estar aislado. Este tipo de terrorista se forma en un largo recorrido, y de encuentros, viajes al extranjero, campos de entrenamiento, relaciones en internet, mezquitas aisladas con predicadores radicales o la prisión». Añadió que «no hay fronteras herméticas entre el interior y el exterior». El ministro anunció que los servicios secretos franceses «tendrán medios suplementarios», con más policías y especialistas informáticos. GARA
La Policía investiga si los dos sospechosos actuaron solos o son parte de una conspiración mayor. Detuvo a tres personas más, pero ayer puso en libertad sin cargos a dos mujeres. Un hombre de 29 años continuaba arrestado, mientras la Policía seguía con los registros en seis zonas residenciales.
Un asalto de fuerzas nigerinas y francesas puso fin ayer al secuestro que siguió a los dos ataques kamikaze la víspera contra un cuartel en Agadez y una explotación de uranio del grupo francés Areva, en Arlit, que dejaron una veintena de muertos. Al menos dos de los secuestradores murieron en el asalto de ayer, según un balance del Gobierno francés, aunque otras fuentes aseguraron que hubo más víctimas. Los atentados del jueves fueron reivindicados por el grupo «Los que firman con sangre» del yihadista argelino Mojtar Belmojtar -en colaboración con Mujao-, que amenazó con lanzar más ataques en Níger, así como contra el Estado francés y todos los países involucrados en la intervención en Mali. Este grupo asaltó y llevó a cabo un secuestro masivo en la planta de gas de In Amenas, en Argelia, en enero. GARA
