El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner prestaba juramento como presidente y prometía «sacar a Argentina del infierno tras un decenio ultraliberal bajo Carlos Menem (1989-1999), cinco presidentes dimisionarios los cuatro siguientes años y la crisis del corralito de 2001.

Diez años después, los indicadores económicos son incontestables, La colosal deuda ha bajado del 160 % al 40% del PIB, la industria muribunda ha renacido, se han creado 5 millones de empleos y el paro ha pasado del 25 al 8%, sin olvidar la importante reducción de la pobreza.

El analista Fernando Menéndez Braga, consejero de la pareja Kirchner, le atribuye tres grandes éxitos: el impulso económico de un país en el que el PIB se ha multiplicado por dos de 2003 a 2013, la suspensión de la amnistía a los militares y un nuevo posicionamiento argentino en América Latina.

Juicio a los militares

Frente a la amnistía decretada por Menem, jueces y fiscales recibieron luz verde del finado Néstor Kirchner para juzgar a los militares por los crímenes durante la dictadura (1976-1983).

El más sanguinario de ellos, Jorge Videla, acaba de morir en prisión cumpliendo cinco cadenas perpetuas. Ningún otro país de América Latina e incluso de Europa (caso español) ha ido tan lejos. Cientos de militares han sido juzgados y condenados. Los Kirchner, militantes de izquierda en los 70, han tejido lazos estrechos con el eje bolivariano.

Mientras en los años 90, Buenos Aires seguía a pies juntillas los dictados de Washington, la Argentina kirchnerista no ha dudado a la hora de virar hacia China, principal destinatario de la soja, de la que Argentina es el primer exportador mundial (80.000 millones de dólares en 2012). Cristina Fernández sustituyó a su marido en 2007 -quien moriría tres años más tarde- y ha nacionalizado los fondos de pensiones y la petrolera YPF. No ha dudado en establecer controles para impedir la fuga de divisas y de acabar con el monopolio informativo de «Clarín». Su lucha contra los monopolios y el orden establecido y a favor de la redistribución de la riqueza ha generado problemas al Gobierno, como la hiperinflación. No faltan acusaciones de enriquecimiento del círculo cercano a los Kirchner.

Pero analistas opositores como Rosendo Fraga reconocen que el decenio Kirchner es «el del mayor crecimiento en los dos siglos de historia de América Latina. Y eso les ha dado gran popularidad».