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Juanjo Basterra Periodista

Huelga general: un derecho y, sobre todo, una necesidad

La clase trabajadora no debería dudar ni un minuto. La huelga general no solo es un derecho de los trabajadores, sino que se ha convertido en una necesidad de respuesta frente a quienes se están aprovechando de la crisis para destruir empleo y recortar derechos sociales y laborales que otros trabajadores, que lucharon antes, habían arrancado con sangre, sudor y lágrimas.

Cuando escucho al lehendakari Iñigo Urkullu o al presidente de la patronal vasca Confebask, Miguel Angel Lujua, entre otros, que dicen que no es el momento para huelgas debería de servir a los trabajadores que dudan, precisamente, a dar ese paso y unirse a la huelga general del 30 de mayo, la sexta que se convoca en Euskal Herria.

Porque habría que decirles a ambos: Urkullu y Lujua, entre otros, que tampoco es el momento de destruir empleo. Desde el inicio de la crisis el paro en Hego Euskal Herria ha aumentado en 133.300 personas. Ha caído la ocupación en 190.700 personas y la tasa de paro ha pasado del 6,5% al 16,9%.

Tampoco es el momento de reducir los salarios ni de quedarse con todas las cartas de la baraja en la negociación de los convenios.

Tampoco es el momento de aprovecharse de esa enorme destrucción para seguir acumulando beneficios. Porque los datos indican que entre 2001 a 2006 en pleno apogeo económico las empresas que cotizan en la Bolsa lograron un beneficio neto de 186.878,7 millones, según el Banco de España. En el siguiente sexenio, ya en recesión, esas mismas empresas han elevado sus beneficios netos a 192.331,31 millones. Un 3% más en plena recesión económica y en un claro momento dramático para muchas familias.

Tampoco es el momento de destruir empleo público, todo lo contrario. Ni de romper el acuerdo histórico de las 35 horas, ni de recortar 1.200 millones en los presupuestos. Ni es el momento de que quienes más tienen paguen menos impuestos y, ustedes, tengan la cara de decir que no tienen recursos

Así de claro señor Urkullu y señor Lujua. Están sembrando tempestades y este pueblo está harto. Quiere elegir su destino, ligado a una sociedad más justa que ustedes no ofrecen. La huelga es necesaria y vital. Aurrera!

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