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Iosu Balmaseda, Isabel Castro, Xabier Barber Miembros de la Comisión General de ESK

30M, huelga general: en marcha hacia la utopía

La huelga general es necesaria. Como lo fueron las anteriores. Hagámosla masiva y continuemos, mejorando, el camino emprendido. Tal vez la utopía se vaya acercando

-«La utopía es como la línea del horizonte: avanzas unos pasos hacia ella y se aleja otros tantos».

-«Entonces, ¿para qué sirve?»

-«Para caminar»

Por todo el planeta, cada vez más voces proclaman que otro mundo es posible. También aquí, en Euskal Herria, es posible otro país. Hay que ir haciéndolo paso a paso, caminando o a saltos. El 30 de mayo, con la huelga general (HG) y todo lo que se mueve con ella, recorreremos otro trozo del camino.

Más allá de rechazar la (pen)última reforma, el (pen)último recorte, queremos reivindicar e ir configurando ese nuevo país. Justo, igualitario, en equilibrio con la naturaleza. Los sindicatos y organizaciones sociales convocantes hemos acordado debatir y redactar una Carta que permita aunar reivindi- caciones sociales y laborales y exigirlas por medio de una estrategia movilizadora, comenzando el 30M con la HG.

Repartir el empleo... y los demás trabajos: es hora de recuperar lo que pedíamos hace pocos años: reducción de la jornada laboral (35 horas o menos, por vía legal y, mientras tanto, en los convenios; generalización del contrato de relevo; adelanto de la edad de jubilación; posibilidad de años sabáticos...). Es una forma de mejorar la calidad de vida y repartir el empleo. Si antes era legítimo, ahora, con la crisis de sobreproducción, con el cambio climático... es, además, necesario.

En los hogares, el trabajo de cuidados a las personas y el trabajo doméstico siguen siendo realizados, muy mayoritariamente, por mujeres. Para avanzar hacia la igualdad de derechos que reivindicamos es básico un reparto equilibrado entre hombres y mujeres de estos trabajos, social y económicamente invisibilizados.

Crear empleos socialmente necesarios y en condiciones dignas: hay que repensar las formas de producción (y de consumo) de bienes. Sobran grandes infraestructuras, hay miles de viviendas vacías (mientras persisten los desahucios), se siguen produciendo objetos de usar y tirar...

Mientras, se reduce el presupuesto público en educación, sanidad, atención a personas dependientes...; ahí hay miles de puestos de trabajo potenciales.

Se abandona a su suerte la agricultura local y la pesca de bajura, mientras se apoya la dinámica de las grandes superficies comerciales, es decir de las diferentes multinacionales de producción y distribución de alimentos. Apoyan- do a la gente joven que quiera recuperar la tierra y reordenando el territorio (servicios y medios de comunicación colectivos apropiados) se podría generar miles de empleos, además de mejorar las condiciones alimentarias de la población.

La crisis medioambiental hace necesario reducir el consumo de energía. Si se fomentan medidas de ahorro energético (aislamiento de edificios, transporte colectivo...) y de producción de energías renovables, se crearían también nuevos puestos de trabajo.

Todo este empleo, socialmente necesario, y más que se podría crear en ese modelo, habría que hacerlo, por supuesto, en condiciones laborales dignas y con salarios apropiados.

Repartir la riqueza: las medidas antes expuestas y la propia realidad social de aumento de la marginación y la pobreza (mientras se reduce el acceso a las rentas básicas) precisan más medios públicos. Es imprescindible una profunda reforma fiscal, que grave más a quien más tiene (la diferencia entre personas ricas y pobres es cada vez mayor), que persiga el fraude fiscal (fundamentalmente empresarial y de beneficios especulativos), que obtenga recursos también de los grandes patrimonios... Mejorar el poder adquisitivo de la población trabajadora, vía salarios y convenios colectivos, es otra de las tareas como medio de reparto de la riqueza.

Participación y coordinación: nada de lo antedicho nos lo van a regalar; la lucha de clases no ha desaparecido; el capitalismo, en su actual modelo neoliberal, es cada vez más cruel y ambicioso.

Para miles de trabajadoras y trabajadores la negociación colectiva será historia el próximo 7 de julio. Confebask y la CEN están siendo punta de lanza en aprovechar las diversas reformas laborales que les permiten despedir muy barato, incrementar la flexibilidad, reducir los salarios, aumentar las jornadas...

Viene, además, un nuevo y más potente hachazo al sistema público de pensiones.

Por ello es fundamental un mayor nivel de participación. En nuestro caso, ESK, un sindicato, mediante la afiliación y la colaboración en la vida cotidiana de la organización, tanto en el lugar de trabajo como más allá.

Al mismo tiempo, la coordinación de las diversas organizaciones es muy importante. Esta huelga general convocada por ocho sindicatos y una amplia lista de muy diversos colectivos sociales es un nuevo paso. Que además quiere prolongarse con el debate y elaboración de la Carta de Derechos Sociales para Euskal Herria, que daría la perspectiva necesaria en busca de una alternativa a este sistema. CCOO y UGT fueron advertidos antes de hacer pública la convocatoria e invitados a coincidir en la huelga general. No parece que lo vayan a hacer y, desde el ámbito estatal, siguen insistiendo en promover un inefable Pacto de Estado por el Empleo. Es, evidentemente, un hándicap para la huelga; sería bueno saber qué piensan sus propias afiliaciones.

Movilización: ¿la huelga general es útil?: Es la 8ª huelga general que se convoca en Euskal Herria desde mayo de 2009. Hay quien no le ve utilidad. Por un lado, instituciones incapaces de tomar medidas que siquiera alivien los efectos de la crisis o empresariado voraz que está aprovechando la crisis para destrozar las condiciones laborales.

Pero también gente trabajadora (con o sin empleo). La pregunta es: dada la intensidad del ataque que estamos sufriendo ¿dónde estaríamos sin la movilización? En ESK pensamos, por el contrario, que lo que faltaba era una estrategia movilizadora a medio plazo, en pos de unas medidas claras (algunas de las aquí enunciadas, la nueva propuesta de Carta de Derechos Sociales...) y que adopte otras medidas de presión.

Esta huelga general es necesaria. Como lo fueron las anteriores. Hagámosla masiva y continuemos, mejorando, el camino emprendido. Tal vez la utopía se vaya acercando.

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