Un país movilizado que no se resigna
Los cuatro herrialdes de Hego Euskal Herria vivieron ayer una nueva jornada de huelga general, ocho meses después de la anterior y con el mismo hilo conductor que todas las que le han precedido en los últimos años: denunciar la política económica de las instituciones y su marcado carácter antisocial, y reivindicar que existe alternativa, que se puede hacer frente a la crisis sin desmantelar todo aquello que se había conseguido levantar durante décadas de lucha obrera.
Tampoco ha faltado en esta ocasión la recurrente y cansina «guerra de cifras», que en algunos casos bordea el ridículo. Es una tarea complicada fijar con total exactitud cuánta gente ha secundado una movilización de estas características, pero asegurar, como hizo Cebek a primera hora de la mañana, que el seguimiento en Bizkaia no llegó al 5%, descalifica a quien hace tal afirmación. El balance del conjunto de la patronal fue en la misma línea y dice mucho del respeto que la clase empresarial siente sobre la ciudadanía. Este país es lo suficientemente pequeño y el flujo de datos lo suficientemente grande -las redes sociales eran ayer un hervidero y las etiquetas vinculadas a la huelga fueron trending topic en todo el Estado- como para que sus habitantes pudieran hacerse pronto una idea del seguimiento del paro y de las manifestaciones que le acompañaron. Los documentos gráficos son elocuentes, y lo que transmiten son la imagen colectiva de un pueblo en marcha, que no se resigna a asumir sin pelear unas recetas que le conducen a la pobreza más absoluta.
La imagen de la huelga es la imagen de un país movilizado, dinámico, vivo. Y al contrario, quienes han tratado de obstaculizarla, imponiendo servicios mínimos sonrojantes o apelando directamente a la violencia -la actitud de algunos policías está adquiriendo tintes sicopáticos-, representan todo aquello que impide a Euskal Herria desarrollarse plenamente. La clase trabajadora vasca ha vuelto a dar una lección, y quienes forman parte de ella saben cuál es el camino correcto.