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HUELGA GENERAL 30 DE MAYO

El parlamento social exige que se plante al Parlamento institucional

El acto central de la huelga, celebrado en Gasteiz, estuvo marcado por la brecha entre la mayoría sindical y la mayoría institucional que gobierna y legisla. Los convocantes insistieron en la necesidad de poner la política al servicio de la sociedad, reiteraron que con voluntad hay alternativas y propusieron una Carta Social.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

Pese a estar separados por apenas 150 metros, no coincidieron. Con inusitada celeridad, el pleno del Parlamento de Gasteiz agotó ayer su orden del día a las 12.21. Probablemente sea todo un récord. A esa misma hora, la manifestación estaba parada en la calle Paz para que los fotógrafos pudieran tomar imágenes. El «parlamento social» -como definió la secretaria general de LAB a la huelga general- avanzaba después hacia su meta, mientras los 53 parlamentarios y parlamentarias que asistieron a la sesión se retiraban. Los 21 de EH Bildu no habían acudido a la Cámara, sumándose a la huelga y a las manifestaciones.

La separación y la colisión de intereses entre la mayoría institucional y la mayoría sindical fue uno de los ejes de los discursos que los representantes de Hiru, ESK, LAB y ELA trasladaron a las más de seis mil personas que llenaban la plaza de la Virgen Blanca en Gasteiz. La manifestación partió de la Plaza de Bilbo y acabó en la céntrica explanada, donde el tablado para las intervenciones se situó esta vez no en la parte alta, sino abajo, dando la espalda al Parlamento.

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, preguntó «a los que se han quedado en el Parlamento sin respetar el derecho de huelga» si les parece bien «la destrucción social sistemática que se está organizando y que cuenta con su colaboración». Denunció que el poder económico «maneja la política como si de una marioneta se tratara»,. Y les advirtió que pueden acabar también con ellos cuando no les interesen.

Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, reconoció que, como dice Lakua, es la hora «de los grandes acuerdos de país». Pero le espetó que éstos son necesarios para hacer una reforma fiscal estructural, para repartir el trabajo y la riqueza, para no aplicar los recortes y las reformas legales que se están imponiendo desde Madrid. Etxaide destacó que los acuerdos hacen falta para plantarse, ante las imposiciones de fuera y también «ante las exigencias de la élite económica vasca»; y para construir un nuevo modelo político, económico y social.

Añadió que «los acuerdos para destruir derechos sociales y laborales, no son acuerdos, son pactos al servicio del capital. Si de lo que nos acusan es de torpedear esos pactos, sí, efectivamente, somos culpables y tenemos toda la intención de seguir estorbando en ese camino».

Los portavoces de los cuatro sindicatos que tomaron la palabra insistieron en la necesidad y el valor de la lucha, frente a las voces que dicen que la huelga no sirve para nada. «La regeneración de la política, y de las ideas, surge del conflicto social; no de la paz social», aseguró Txiki Muñoz.

«Hay alternativa»

Defendida la necesidad de la lucha frente a la agresión que desde el poder económico se está haciendo a los derechos laborales y sociales, y remarcada la brecha con los gobernantes y legisladores que colaboran con la derecha económica en esa labor destructiva, un tercer eje de los discursos fue poner en evidencia que hay otra forma de hacer las cosas, que existe alternativa, porque «hay riqueza suficiente para que todos vivamos con dignidad. La pobreza es algo provocado, por la acumulación de capital y por la destrucción de los equilibrios».

Pero la construcción de la alternativa requiere de «voluntad de enfrentarse al poder económico», según explicó el secretario general de ELA. Y denunció que no fallan quienes se movilizan y plantean alternativas, sino que «falla la negativa de la política a recoger el testigo».

Ainhoa Etxaide, de LAB, requirió al lehendakari, Iñigo Urkullu, que «recupere el norte», puesto que «los acuerdos de país no se pueden hacer dando la espalda a quienes sacan este pueblo adelante. Este pueblo no lo sacan adelante una docena de especuladores, el motor de este país somos los trabajadores».

Estitxu Ugarte, portavoz del sindicato de transportistas autónomos Hiru, señaló que son éstos con sus camiones «quienes mueven Euskal Herria», pero lamentó que «son otros los que marcan el rumbo» de hacia dónde ir, por eso resaltó la importancia de que es hora de cambiar esa realidad para que -como se gritó durante la manifestación- sean quienes trabajan aquí los que tomen las decisiones de aquí.

La Carta Social de Euskal Herria

El punto de llegada de las intervenciones fue la elaboración de la Carta Social en Euskal Herria. Ainhoa Etxaide explicó en euskara que «una huelga no cambia la situación de un día para otro. Eso es así. Para revolucionar la situación, hace falta una revolución. Hoy hemos hecho una huelga y a partir de mañana construiremos la Carta Social, una nueva herramienta para trabajar a favor de la Euskal Herria de los trabajadores».

Los sindicatos y colectivos convocantes de esta huelga general iniciaron el sábado en Eibar los trabajos de elaboración de esta Carta que pretende recoger las propuestas y alternativas necesarias para definir un nuevo modelo que esté al servicio de la mayoría social.

Los convocantes se han impuesto la tarea de, a partir de hoy, promover la participación en la elaboración de esta Carta Social, definir las alternativas y, acompañándolas con la lucha, interpelar a las instituciones para que dejen de dar la espalda a la mayoría social, como hizo el Parlamento ayer.

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