El debutante Jesús Monllaó Plana ha rodado «Hijo de Caín» en su Tarragona natal, por lo que en el Festival de Málaga presentó su ópera prima como un thriller de ambiente mediterráneo. Todos los integrantes del reparto hicieron la versión original en catalán, excepto Jose Coronado, cuyo personaje se expresa en castellano. Ahora se estrena la versión doblada, que pierde bastante, sobre todo en la interpretación del adolescente David Solans.

La película está basada en la novela de Ignacio García-Valiño «Querido Caín», aunque recuerda a toda la larga tradición de películas protagonizadas por niños diabólicos o perversos, encargados de enrarecer el ambiente familiar con sus comportamientos incorregibles, dignos de reality shows televisivos como «Hermano Mayor».

Un sicólogo infantil

Julio Manrique interpreta al psicólogo infantil que se encarga del caso que protagoniza el adolescente David Solans. Lo hace por encargo de la madre a la que da vida María Molins, que conoce personalmente al terapeuta. José Coronado, en el papel del padre, se opone al tratamiento, prefiriendo resolver el problema disciplinario de puertas adentro. Tras su postura se esconde una difícil relación paternofilial envuelta en odio y traumas no superados.

El sicólogo establece, por su parte, otro duelo con el chico. La manera que encuentra de acercarse a él es por medio del juego del ajedrez, ya que el joven se siente muy atraído por las partidas que le permiten desafíos de inteligencia. Asimismo, el ajedrez sirve de metáfora sobre las distintas estrategias de los personajes por hacerse con el control de la situación.

Se ha comentado mucho la inclusión dentro del argumento de una Academia Secreta de Ajedrez, que parece inspirada en la escuela de magia Hogwarts de la saga «Harry Potter», lo que permite aparecer al veterano actor Jack Taylor en el papel del viejo maestro.

Fuera de dicha licencia, el resto del relato avanza como ejercicio de puro suspense, buscando constantemente la tensión. En consecuencia «Hijo de Caín» esta gustando más o menos, en función de cada espectador y su capacidad particular para adelantarse a lo que va a ocurrir. Hay a quien los giros argumentales les resultan previsibles, mientras que a otros han llegado a sorprenderles. También dependerá si se han visto muchas o pocas películas con niño diabólico, ya que la mayoría de ellas coinciden al describir las tensiones de la convivencia entre menores y mayores.