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Memorable comparecencia del argentino, en la que reivindica su gestión a la vez que hace acto de contrición

Bielsa se quiere quedar

«No debe ser evaluado lo que se consigue, sino lo que se merece», defiende al valorar su estancia en Bilbo

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Joseba VIVANCO

Sonó a despedida, incluso el propio Marcelo Bielsa se enojó al serle hecha esa observación, pero más bien la comparecencia de prensa con la que el técnico argentino deleitó ayer en Lezama durante una hora y once minutos se asemejó más a un profundo deseo de querer seguir al frente del equipo la próxima temporada, de terminar lo empezado, un último cartucho con el que defender hasta el final su deseo de continuidad, y cuya última palabra la tiene Josu Urrutia y su directiva, la misma que sigue callando y otorgando. Tras la extensa y aleccionadora rueda de prensa de ayer, se conoció que Miroslav Djukic deja el Valladolid, lo que da pie a pensar que será el próximo técnico del Valencia y que Ernesto Valverde recalará en Bilbo. La pelota sigue botando sobre el tejado de alguien...

Llegó a sala de prensa Marcelo con ganas. Preparado. Con alguna anotación -un rosario de descalificativos de la prensa hacia el juego del equipo ante el Levante-. Con algún reproche. Con reivindicaciones. Con sus fracasos. Para defender su legado y a la vez hacer acto de contrición. Esta vez vista alzada, mirando de frente, a los ojos. Su futuro en el club rojiblanco se cierne más que incierto y ayer, Marcelo pareció querer aferrarse, en el buen sentido de la palabra, al que ha sido su banquillo estos dos años. Él, al que se le rifarían por ahí, uno de los mejores entrenadores del mundo, se quiere quedar en el Athletic. El problema es si le dejarán.

«No voy a opinar de lo que vaya a pasar de aquí en adelante. Y no significa en absoluto que me esté yendo (...) Del futuro no puedo hablar porque no pertenezco, pero no tenía ninguna intención de que sonara a despedida», fueron sus explicaciones a unas palabras que chirriaban a balance y adiós, pero que Bielsa insistió en que solo eran lo primero. «El futuro me competerá si estoy vinculado a un proyecto futuro que en este momento no estoy», lo zanjó.

Aclaradas sus intenciones, el de Rosario no se reservó explicaciones sobre la temporada que toca a su fin. «No debe ser evaluado lo que se consigue, sino lo que se merece. Puedo ser ridiculizado, pero mi análisis es ese», fue su punto de partida. Y puso como ejemplo aquel que gana un `auto' con el sudor de su frente y quien lo gana gracias a la lotería o malas artes. De ahí que en su lógica el Athetic haya hecho muchos más merecimientos que el exiguo premio final conseguido.

Sus cálculos, de los que volvió a echar mano, son que analizados de manera rigurosa los partidos de esta campaña, el equipo debería haber tenido 24 puntos más y 12-13 puntos menos, «al final deberíamos tener 55 o 58 puntos, para estar en el sexto o séptimo puesto, un lugar más decoroso». Para el argentino, «el puesto natural del Athletic en la tabla es del quinto al noveno puesto; más abajo está mal y más arriba está bien». E insistió, «si no se evalúan los merecimientos, qué se evalúa; no hay más nada que hablar».

Una pregunta a la que él mismo quizá puso respuesta al final de su comparecencia cuando asumió con desprecio que «el mundo del fútbol cada vez se parece menos al aficionado y más al empresario, que lo trata solo en función de la productividad». Recadito y de paso reivindicación muy especial de lo conseguido: «Mi gestión me hace sentir orgulloso de lo que hice... con lo que me tocó resolver. Fue mucho más difícil resolver este año que obtener lo del año anterior. La vestimenta de estos 22 jugadores cara al futuro será mejor. No supe gestionar el éxito, pero sí la adversidad», recordando sus palabras anteriores de más orgulloso de la actual plantilla que de la anterior.

Su gestión estos dos años

Un vestuario en el que Bielsa se atribuyó haberlo reducido en 15 jugadores desde su llegada, lo que le ha supuesto un ahorro al club de 12 millones de euros, que serán 20 cuando se vayan Llorente y Amorebieta. «No es un valor menor -dijo en una cuestión en la que debiera haberse explayado en su argumento-, haber estructurado un equipo que cuesta 20 millones menos». A lo que sumó el salto de cinco «jugadores potenciales al primer equipo» desde el filial -Ibai, Ramalho, Aymeric, Ruiz de Galarreta y Kepa-, «un porcentaje altísimo, de una sola camada», y con serias perspectivas de consolidarse arriba.

Bajo el argumento de «que me toca defender al colectivo que represento», sorprendió al aseverar tras estudiar de manera minuciosa a los posibles fichajes en boca de todos, no hay ahora mismo ningún jugador por debajo de los 20 millones susceptible de ser fichado por el Athletic que mejore a los actuales jugadores del equipo. Cuestionable, quizá, pero su defensa es con elementos de juicio en la mano. «Estoy cualificado y me da cierta autoridad todo mi trabajo anterior para poder evaluar a estos jugadores», sentenció.

Un plantel -del que el mejor, dijo, ha sido Carlos Gurpegi, como lo fue Javi Martínez en el anterior- que arrancó la pretemporada con ausencia de algunas de sus piezas claves por estar con sus selecciones, al que también lastró su incendiaria rueda de prensa sobre las obras -en la que reveló Urrutia no le quiso acompañar- de la que ayer se arrepintió porque «no mejoró las necesidades de todos», aunque «dije la verdad». Un plantel con muchas lesiones y algunas largas como las de Ruiz de Galarreta o Iñigo Pérez, pero, sobre todo, se culpó de que «la responsabilidad de lograr la mejor versión del futbolista es mía. Es injusto que se ataque a los jugadores, cuando mi responsabilidad es no haber podido sacar lo que eran capaces de un plantel que era mejor que el pasado año. No logré la mejor versión de ellos durante mucho tiempo y en un porcentaje alto», eximió a los suyos.

¿Quién es el loco?

En síntesis, Bielsa defendió el trabajo hecho, enarboló los merecimientos por encima de los logros, enalteció el aprendizaje en la adversidad frente al que provenga del éxito, reivindicó a los suyos, aprovechó para excusarse ante un periodista por el tosco tono de sus respuestas a cada pregunta esta temporada, reconoció un error en las formas, no en lo dicho, su denuncia sobre las obras de Lezama -«no lo haría de nuevo»-, hizo autocrítica de su gestión del grupo -«no soy inocente de ninguna de las circunstancias que han hecho que los jugadores no rindieran»-, y volvió a impartir, en resumen, otra cátedra más al otro lado del micrófono. «Todo lo que yo digo es opinable», no pudo sino reconocer.

El sospechoso silencio de la Directiva que preside Urrutia contrasta con los enteros que Bielsa gana entre la afición con cada comparecencia suya. Decía Forrest Gump que tonto es el que hace tonterías; cabría decir que loco es el que hace locuras. La pregunta ahora sobre la continuidad de Bielsa en el banquillo es ¿quién será el loco?

el partido de despedida será a las 20.45

El partido de despedida de San Mamés, del día 5 de junio, se jugará a partir de las 20.45, según reveló ayer EITB, que anunció que retransmitirá el encuentro en directo. De momento, el club sigue sin desvelar nada sobre los actos en torno al encuentro.

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