El movimiento talibán de Pakistán, Tehrik-i-Taliban Pakistán (TTP), confirmó ayer que su «número dos», Wali ur-Rehman, figuraba entre las siete personas que murieron en el ataque de un avión no tripulado estadounidense (drone) el miércoles en Chasma, en Waziristán Norte. EEUU saboteó así una eventual negociación entre Islamabad y los talibanes, ya que el portavoz del TTP, Ehsanulah Ehsan, aseguró que la muerte de Ur-Rehman ponía fin a cualquier intento de diálogo con el Gobierno paquistaní, al que responsabiliza también de los ataques con drones, y afirmó que el movimiento tomará represalias contra el Ejecutivo y sus fuerzas de seguridad.

La Casa Blanca consideraba a Wali ur-Rehman «responsable de la estrategia militar» del TTP y de facilitar la circulación transfronteriza de los combatientes talibanes que luchan contra las fuerzas de ocupación en Afganistán y había puesto precio a su cabeza.

Todos los analistas paquistaníes consultados por AFP subrayaron que se trata de la muerte de un hombre clave muy respetado en el TTP y que será un duro golpe para el movimiento ya que era el único líder que inspiraba tanto respeto como su fundador, Baitulah Mehsud. De hecho, había sido postulado como posible sucesor de su actual líder, Hakimulah Mehsud.

Esta muerte tiene lugar cuando el primer ministro, Mawaz Sharif, no descarta la posibilidad de dialogar con el TTP. En ese contexto, Wali ur-Rehman, que recibió una sólida formación política y religiosa antes de tomar las armas, aparecía como un interlocutor muy valioso. Las negociaciones, según los analistas, serán mucho más complicadas con Mehsud, combatiente impetuoso y radical, más inclinado a golpear a Pakistán.

Los talibanes eligieron inmediatamente como su sustituto a quien fue su «número dos», Khan Said, de 38 años.

Ataques «contraproducentes»

Unas horas después del ataque de Chasma y mediante un comunicado, el Ministerio paquistaní de Exteriores expresó su preocupación por lo ocurrido y recalcó que este tipo de ataques son «contraproducentes» y «suponen la pérdida de vidas civiles inocentes, tienen implicaciones humanitarias y violan los principios de soberanía nacional, integridad territorial y la ley internacional».

Los ataques con aviones no tripulados estadounidenses han contado con el consentimiento tácito de las autoridades de Pakistán, aunque los critican en público por el fuerte rechazo que provocan en amplios sectores del país debido a la muerte de civiles.