Uno de los dos sospechosos de la muerte de un soldado el pasado 22 de mayo a plena luz del día en una calle de Londres, Michael Adebolawe, se sentó ayer por primera vez en el banquillo tras haber sido acusado oficialmente de «asesinato», después de que la autopsia confirmara que el militar murió por «las múltiples heridas incisas», y de posesión de un arma de fuego. Adebolawe se limitó a confirmar su identidad y domicilio y comparecerá de nuevo el lunes en tribunal penal de Old Bailey.

Adebolawe y el otro sospechoso del ataque, Michael Adebolajo, fueron tiroteados minutos después de la muerte del soldado Lee Rigby. Adebolajo continúa hospitalizado recuperándose de las heridas.

En alguno de los vídeos que les grabaron los transeúntes Adebolajo justificaba la muerte del militar.