La oposición rechaza dialogar mientras Irán y Hizbulah intervengan en Siria
La oposición siria dejó clara ayer su intención de no participar en la conferencia internacional sobre Siria afirmando que no acudirían mientras Irán y Hizbulah apoyen al régimen de Damasco. Teherán también fue explícito al señalar que no permitirá que el Gobierno sirio sea derrocado y seguirá prestando su apoyo, mientras Bashar al Assad aseguró que ya ha recibido el primer cargamento de misiles rusos.
GARA | DAMASCO
«La Coalición Nacional no tomará parte en ninguna conferencia internacional ni en otro esfuerzo de este tipo mientras las milicias de Irán y Hizbulah invadan Siria», declaró el presidente de la coalición opositora George Sabra, despejando así la ambigüedad mostrada hasta ahora sobre esta cumbre que impulsan Rusia y Estados Unidos.
«Hoy las vidas de los sirios son mucho más importantes que no importa qué solución política o conferencia internacional», insistió Sabra, en el octavo día de reuniones de la Coalición (CNRFOS) en Estambul.
Paralizada por las disputas internas y la guerra de influencia que libran por su control sus principales apoyos, Arabia Saudí y Qatar, la Coalición no había aclarado hasta ahora con precisión su participación en la conferencia que Moscú y Washington quieren que dé continuidad a la que se celebró en Ginebra, y concluyó con una propuesta de solución política al conflicto.
El mismo miércoles la oposición se mostraba ambigua en un comunicado, insistiendo en la salida del poder del presidente sirio, Bashar al Assad y sus jefes militares como la única posible solución de una negociación de paz, pero absteniéndose de pronunciarse sobre la posibilidad de sentarse en la misma mesa que los representantes del Gobierno sirio.
Ya este comunicado había llevado al ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, a acusar a la oposición siria de intentar minar la conferencia de paz poniendo condiciones irrealizables. «Da la impresión de que la coalición nacional y sus apoyos regionales hacen todo para impedir el comienzo del proceso político y obtener una intervención militar por todos los medios», dijo. Incluso el ministro de exteriores alemán, Guido Westerwelle, pidió ayer a la oposición que asuma su responsabilidad y reconsidere su rechazo a participar en la conferencia.
La respuesta de Sabra llega en el momento en que el Ejército sirio, con el apoyo de Hizbulah, ha comenzado a ganar terreno en lugares clave, como la ciudad de Qusseir.
«A la luz de esta nueva salvajada toda discusión sobre una conferencia internacional o una solución política se convierte en palabrería insignificante», afirmó el líder de la Coalición, que pidió a la comunidad internacional que actúe para interrumpir el avance de las fuerzas del régimen en Qusseir y en torno a Damasco.
Irán mantendrá su apoyo
Por su parte, Irán reiteró su apoyo a al Assad. «No permitiremos que el Gobierno de Siria sea derrocado. Respaldamos con firmeza a la nación siria y a su Gobierno, así como a la oposición que cree en una solución política del conflicto», declaró el viceministro iraní de Exteriores para Asuntos Árabes y Africanos, Husein Amir Abdolahian.
Abdolahian recalcó que Irán utilizará su experiencia en la zona para evitar el desplome del régimen sirio. Teherán ha recibido una invitación verbal para la conferencia de Ginebra pero no tomará una decisión hasta que se le remita por escrito y conozcan el programa.
Quien sí confirmó su asistencia, sin condiciones, fue el propio presidente sirio, Bashar al Assad, en una entrevista a la televisión libanesa Al Manar, próxima a Hizbulah. Respecto a otros de sus apoyos, el presidente sirio confirmó que Rusia ya ha cumplido «parte» de lo acordado en los contratos, pero sin llegar a confirmar de forma explícita que Siria ya hubiese recibido el primer cargamento de misiles S-300. «Todo lo que hemos acordado con Rusia tendrá lugar y parte de ello ya ha tenido lugar» el mandatario sirio. Una fuente cercana al Ministerio de Defensa ruso aclaró que «los equipos en sí» no están todavía en Siria, pese a que sí se han llevado a cabo «ciertas partes del contrato». Según esta fuente, citada por la agencia Reuters, Rusia inicialmente dudó sobre el envío de los S-300, pero cambió de idea tras la decisión de la OTAN de desplegar sistemas Patriot en la frontera turca. A la vez, el Ministerio de Exteriores de Rusia lamentó que EEUU no descarte la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Siria, ya que que esta medida crearía una «atmósfera desfavorable» de cara a las conversaciones de paz de Ginebra.
Y en Turquía, otro de los actores en el conflicto, las fuerzas de seguridad detuvieron a un grupo de doce milicianos pertenecientes a la organización siria Frente al Nosra, relacionada con Al Qaeda, con dos kilos de gas sarín y armamento pesado, según las autoridades locales.
La Coalición Nacional Siria, principal alianza de la oposición, lanzó un llamamiento de ayuda urgente para atender a más de mil heridos por los bombardeos en la ciudad de Qusseir. Según la oposición, los rebeldes, sitiados desde el pasado día 19 por la ofensiva del Ejército y Hizbulah, carecen de médicos y equipación para atender a los heridos, por lo que apelan a organismos internacionales. GARA