Amplios sectores de Urduña se unen para pedir a la Diputación que se implique
Una treintena de colectivos culturales y deportivos de Urduña, trabajadores municipales y de sociedades públicas, la plataforma vecinal y los alcaldes pedáneos de Ruzabal piden la implicación de las instituciones responsables de una situación financiera crítica que les repercute en el día a día.
Nerea GOTI | URDUÑA
La respuesta que ha dado la Diputación vizcaina a la grave situación por la que atraviesan las arcas locales de Urduña no solo no convence, sino que ha movilizado a la ciudadanía en defensa de una solución con mayor implicación por parte del ente foral. Un grupo de vecinos ha constituido una plataforma ciudadana, y la plantilla municipal y trabajadores de las sociedades públicas se han pronunciado públicamente a favor de una salida viable para el municipio «dejando de lado discusiones estériles y primando los intereses de la ciudadanía y de los trabajadores».
También cerca de una treintena de grupos deportivos y culturales se han sumado a esa petición. Incluso los alcaldes pedáneos de la Junta de Ruzabal, los tres concejos que comparten responsabilidades de gestión con el Ayuntamiento urduñarra, han suscrito la petición pública lanzada a principios de semana desde la plaza de Urduña en una comparecencia masiva.
El diputado de presidencia y portavoz del Ejecutivo foral, Unai Rementeria, anunció a primeros de mayo una ayuda cercana al medio millón de euros para intentar reducir una deuda de 5,4 millones y exigió un plan «realista» de saneamiento a un Ayuntamiento en el que ya se ha reducido el gasto corriente en cerca de un millón de euros. Y ponía otra condición, la enajenación del hotel-balneario propiedad del Ayuntamiento, porque «no entiende» que un Consistorio que pide ayuda sea dueño de un hotel que gestionan manos privadas.
Venta de La Aduana
Rementeria encontraría las respuestas a sus dudas en las calles de Urduña, donde nadie duda de que el endeudamiento es producto de la política de inversiones desarrollada años atrás con el beneplácito de la entidad foral vizcaina.
Entre esas inversiones, la rehabilitación del edificio de La Aduana, que fue el proyecto estrella para la revitalización económica de la ciudad. «La obra de este edificio es una de las cuatro que se llevaron a cabo y cuyo importe se disparó», recuerdan desde la plataforma ciudadana.
«No vamos a juzgar cómo hemos llegado a esta situación. Tenemos que echar todos una mano y pedir más implicación a la Diputación, porque de alguna manera avaló ciertas inversiones», consideró Amaia Ruiz, de la AMPA de la escuela pública.
Goio y Pedro, que acudieron en representación de Txarlazo Mendi Taldea consideraron que la situación es lo bastante crítica como para que las instituciones se vuelquen en busca de una solución, porque «los grupos culturales y demás entidades estamos bajo mínimos».
También se mostraron críticos con la apuesta de la Diputación por la venta de La Aduana. «Suena un poco raro que después de que ellos promovieran ese proyecto nos pongan ahora en la tesitura de vender el edificio y mientras haya otros organismos a los que están ayudando», opinaron.
En el mismo sentido se pronunciaron jubilados, colectivos culturales o los alcaldes de la Junta de Ruzabal. «Si no hay dinero para Urduña, no hay dinero para los pueblos de Ruzabal. Eso es así de simple. No se pueden arreglar caminos, no se puede hacer obras. Estamos parados», manifestó a GARA Josu Goti, alcalde de Lendoñogoiti.
«El que ha creado la deuda que responda de ella», expresaron los máximos responsables de las tres juntas, subrayando que hay necesidades de primera orden, como el saneamiento.
El Ayuntamiento, en una crítica situación financiera, sostiene que la salida «no es el aumento de la deuda ni la adopción de más recortes sociales o laborales». Ha anunciado que serán los vecinos quienes decidan si se vende o no La Aduana.
Trabajadores del Ayuntamiento y de sociedades públicas expresan que los recortes afectan a la pérdida de puestos de trabajo, así como a la atención y servicios que se ofrecen a la ciudadanía. Reclaman «una solución inmediata».