Los butaneses desafían al monzón y a las montañas para acudir a las urnas
GARA | THIMPHU
Los habitantes de Bután desafiaron ayer el monzón en los caminos de las escarpadas montañas para votar en los comicios previos a la elección de su Gobierno. Ayer debían elegirse los dos partidos que concurrirán a las elecciones legislativas del 13 de julio, las segundas desde que en marzo de 2008 se pusiera fin a un siglo de monarquía absoluta, en las que se repartirán los 47 escaños de la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento).
Los cuatro aspirantes a dirigir este pequeño reino del Himalaya son el gubernamental y derechista DPT y el opositor PDP, junto a las formaciones de centroizquierda de nueva creación DNT y DCT, ambas liderados por mujeres. En 2008, el DPT venció por abrumadora mayoría y logró 45 escaños, dejando dos al PDP, y esta vez también el DPT, que cuenta con el apoyo de la población rural que representa el 70% del país, era el claro favorito.
Bután es conocido por su búsqueda de la «felicidad nacional bruta», una original idea de desarrollo económico centrada en la protección medioambiental y el bienestar, y no en el PIB. Pero las fuertes diferencias salariales, el paro juvenil, la aparición de una delincuencia ligada al consumo de drogas y el éxodo rural han incrementado el nivel de insatisfacción entre sus ciudadanos.