El presidente ruso, Vladimir Putin, lamentó ante los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, la decisión de la UE de levantar el embargo de armas a la oposición siria y avisó de que cualquier intervención militar para tratar de poner fin al conflicto está condenada al fracaso.

«Estamos decepcionados y no lo escondemos», señaló Putin en rueda de prensa conjunta con Van Rompuy y Barroso tras la cumbre UE-Rusia. «Creemos que cualquier intento de interferencia militar directa o de influir en la situación mediante la fuerza está condenado al fracaso y tendrá graves consecuencias», advirtió el presidente ruso.

Van Rompuy respondió recordando el apoyo de la UE a la conferencia de paz de Ginebra que tratan de organizar Rusia y Estados Unidos, y el compromiso de los estados miembros de la Unión «a no entregar armas de momento con el fin de dar una oportunidad real de que las negociaciones avanzan».

Pero en contraste con esta postura, el Gobierno francés acusó al régimen sirio de haber utilizado al menos en una ocasión gas sarín, añadiendo que «todas las opciones están sobre la mesa», incluida la de la intervención militar, mientras Washington, más cauteloso, opinó que necesita más pruebas.

Por otro lado, Putin declaró que Rusia no ha entregado a Siria por el momento los misiles S-300, añadiendo que Moscú «no quiere romper el equilibrio de fuerzas».

Obuses cerca de la embajada

Sobre el terreno, un civil murió por el estallido de un obús en el centro de Damasco, cerca de la embajada rusa, en cuyas inmediaciones cayeron al menos cinco proyectiles.