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Una nueva grabación de los cuartetos de Guridi

Tras muchos años prácticamente inaccesibles, dos de las obras de cámara más importantes de la música vasca, los cuartetos de cuerda de Jesús Guridi, vuelven a ver la luz en una grabación firmada por el Cuarteto Bretón que será distribuida internacionalmente por la discográfica Naxos.

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Mikel Chamizo

La presencia de las creaciones de Jesús Guridi en los circuitos musicales es algo irregular. Su producción sinfónica, para la que el gasteiztarra demostró unas dotes excepcionales, se sigue interpretando con cierta asiduidad tanto por las orquestas vascas como por agrupaciones foráneas. El »Homenaje a Walt Disney», la «Sinfonía Pirenaica» o las célebres «Diez melodías vascas» son obras maestras que vuelven regularmente a los atriles de las orquestas. Menos fortuna ha corrido su ambiciosa producción lírica: dos óperas, «Mirentxu» y «Amaya», con las que quiso dar forma a la ópera nacional vasca; y ocho zarzuelas que apenas se reponen a excepción de la favorita del público, «El caserío», que la semana que viene volverá a subir a las tablas del Teatro Arriaga. Su música coral es bastante recurrente en las voces de los coros vascos, y sus magníficas piezas para órgano son muy respetadas en los círculos organísticos internacionales. Por eso Guridi, sin tener, claro está, una presencia equiparable a la de Mozart, Beethoven o Mahler, es más habitual en nuestra vida musical que otros autores españoles contemporáneos suyos, cuya producción ha sido relegada de las programaciones.

Con todo, quedaba un recoveco del catálogo de Guridi que pedía urgentemente ser recuperado: el de su música de cámara, escasa en número, pero de una calidad importante, y de la que teníamos noticia más por testimonios indirectos que por haberla escuchado nosotros mismos. Especialmente deseados eran sus dos «Cuartetos para cuerda», cuya fama de composiciones magistrales no iba acompañada de un interés equiparable por parte de los intérpretes: en las últimas décadas se ha podido escuchar el «Cuarteto nº2» en contadas ocasiones, pero el «Cuarteto nº1» ha permanecido prácticamente ignoto. Ese olvido, afortunadamente, parece haber llegado a su fin gracias a un joven conjunto camerístico, el Cuarteto Bretón, que los ha recuperado, editado y puesto en circulación, grabándolos, además, en un CD que acaba de publicar el sello de distribución internacional Naxos.

El alma de este proyecto de recuperación ha sido John Stokes, violonchelista del grupo e incansable buscador de nuevas partituras. En sus investigaciones en pos de obras poco conocidas, Stokes se encontró varias veces con referencias al «Cuarteto nº2» de Guridi. «Fue en el 2005 -recuerda el violonchelista- cuando oí hablar por primera vez de los cuartetos de Guridi. Estaba buscando nuestra identidad como grupo, en la que es muy importante la atención al repertorio español, que apenas se interpreta a excepción de los cuartetos de Arriaga. Leyendo libros sobre repertorio me encontraba una y otra vez con referencias magníficas a los cuartetos Guridi. Al final conseguí una copia de la grabación que hizo en los años 80 el Cuarteto Enescu [hoy totalmente descatalogada, aunque algún lector quizá la tenga en su discoteca, pues la regaló Egin en los noventa en su Colección de Compositores Vascos]. Me gustaron tanto que decidí escribir a Eresbil, el Archivo de la Música Vasca, para conseguir las partituras. Y unos meses más tarde, en el 2006, tocamos por primera vez el «Cuarteto nº 2» en Madrid».

Stokes comprendió enseguida por qué dos obras maestras como estas habían sido tan poco interpretadas desde su creación. «Tiene que ver con el penoso estado de las editoriales aquí en España. De los dos cuartetos solo había sido publicado el segundo, y solo las partichelas [las partes individuales de los músicos], no existía una partitura general. El gran problema es que todo el catálogo de aquella casa editorial, la Unión Musical Española, la compró una empresa británica que dejó apilada en un almacén toda la música que no esperaba vender demasiado, como es el caso de Guridi. Por ese motivo la partitura se volvió imposible de conseguir. Se necesitaba a un loco como yo para localizar ese material, recuperarlo y negociar con la editorial y con los herederos para re-editarlo. Y eso en el caso del «Cuarteto nº 2», porque el «Cuarteto nº1» ni siquiera se llegó a publicar hasta 2006. Antes de eso solo existía el manuscrito original con la caligrafía de Guridi, con el que resulta muy difícil tocar».

Anne Marie North, una de las violinistas del grupo y la responsable de la nueva edición del «Cuarteto nº 2», opina que también puede haber razones históricas que expliquen el olvido de los cuartetos de Guridi. «En España hubo una gran producción de cuartetos de cuerda a principios del siglo XX -explica North-, promovidos por las sociedades de música de cámara que surgieron en muchas ciudades prósperas. Pero llegó la Guerra Civil y después el franquismo, y la música de cámara dejó de tocarse. Con tantas décadas de olvido de por medio, al acabar la dictadura era muy difícil recuperar ese repertorio».

El uno de 1933 y el otro de 1949, los cuartetos de Guridi son dos hermanos muy diferentes. «Hay una diferencia notable entre el «Cuarteto nº 1» y el «nº 2» -opina North-: el primero es más naíf y contemplativo, aunque tiene sus partes rítmicas y populares. Es muy bonito, pero menos interesante que el segundo, que es una obra mayor en el repertorio».

John Stokes coincide en que el «Cuarteto nº 2» esa una composición capital: «Es una gran muestra de nacionalismo avanzado, en la que manda el idealismo personal de Guridi con un toque de ironía. Es muy denso armónicamente y se entronca en la mejor tradición postromántica, como un Sibelius o un Bartók». Lo que sí es común a ambos cuartetos es la presencia de melodías folclóricas vascas como base de su inspiración. Según Carlos Magán, que firma la documentación del disco, «a día de hoy nadie ha investigado aún si los temas de corte tradicional que se encuentran en los cuartetos de Guridi proceden literalmente de alguno de los cancioneros que tan bien conocía o si son totalmente originales, lo que es evidente es que el autor logra integrar a la perfección unos temas de neto aroma popular con los estrictos procedimientos constructivos del cuarteto de cuerda de tradición centroeuropea».

En cualquier caso, esta grabación de un repertorio tan importante es motivo de celebración para la música vasca. Para Stokes «es lo mejor que le podía pasar a la música de cámara de Guridi. Al estar en Naxos esta música nunca más volverá a ser inaccesible. Mi padre en Canadá podrá comprar el CD y, como él, mucha gente de fuera podrá escuchar esta música que merecía estar en el repertorio desde mucho tiempo atrás».

 
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