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Rohani defiende el programa nuclear iraní y critica las sanciones occidentales

Avalado por su victoria en las urnas, el clérigo pragmático Hassan Rohani advirtió a Occidente de que Irán no detendrá su programa de enriquecimiento de uranio y llamó a un nuevo entendimiento basado en la transparencia y la confianza mutuas. En esta línea, criticó duramente las sanciones internacionales, cuya afección en la economía ha sido crucial precisamente para entender su triunfo. «Los iraníes no han hecho nada para tener que sufrirlas», recordó.

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En la primera comparecencia ante la prensa tras su contundente victoria electoral en primera vuelta en las elecciones presidenciales del 14 de junio, Hassan Rohani reiteró que la continuidad del programa nuclear iraní es una línea roja en la que Teherán no va a ceder.

«Ya pasó el tiempo de las demandas occidentales para un parón en el programa de enriquecimiento de uranio», señaló tajante Rohani, alineándose con la posición oficial iraní de los últimos años.

Rohani, conocido como el «jeque diplomático», habla con conocimiento de causa. Entre 2003 y 2005 fue responsable de las negociaciones nucleares en los últimos años de presidencia del también pragmático Mohamed Jatami. En aquella época, Irán aceptó la suspensión del enriquecimiento de uranio tras negociaciones con la troika europea (Gran Bretaña, Estado francés y Alemania). Ello le valió elogios del entonces ministro de Exteriores británico, Jack Straw, quien le alabó como «diplomático y hombre político muy experimentado».

Rohani aseguró que existirían «muchas vías para crear confianza» con los occidentales, y prometió que Irán «dará un paso más en la transparencia» para mostrar que sus actividades están enmarcadas en la legalidad internacional.

«El principio es reactivar las negociaciones con el grupo 5+1 (las grandes potencias), porque el problema nuclear solo puede ser solucionado con negociaciones», señaló, para insistir en que las amenazas y las sanciones «no son eficaces».

Al margen de su ineficacia, «las sanciones son injustas», recordó Rohani, «porque el pueblo iraní no ha hecho nada para tener que sufrirlas. Nuestras actividades (nucleares) son legales», reiteró, para advertir de que las sanciones «son también desventajosas para Occidente y solo benefician a Israel».

Ahmedinejad, ante los jueces

Mientras Rohani comparecía en rueda de prensa, la web oficial del gobierno en funciones (hasta el 3 de agosto no habrá investidura) informaba de que el presidente saliente, Mahmud Ahmedinejad, ha sido convocado a un tribunal tras una demanda interpuesta por el presidente del Parlamento, Ali Larijani. Las relaciones entre ambos se han deteriorado en los últimos meses entre mutuas acusaciones de corrupción y nepotismo. La web oficial no concretó el motivo de la convocatoria judicial y se limitó a señalar que Ahmedinejad deberá comparecer el 26 de noviembre.

Volviendo a Rohani, este comenzó su alocución apostando por «un nuevo entendimiento con el mundo». Por de pronto, anunció su intención de encauzar las deterioradas relaciones con Arabia Saudí. «Los países del Golfo Pérsico y árabes son nuestros hermanos, pero Arabia Saudí es además nuestro vecino, con el que tenemos relaciones históricas, culturales y geográficas», remarcó.

Arabia saudí

El rey saudí, Abdalah bin Abdelaziz, felicitó a Rohani por su victoria y valoró su intención de cooperar para mejorar las relaciones entre ambos países, que libran una dura batalla geoestratégica por la primacía en la región

gran bretaña

El primer ministro británico, David Cameron, insistió en que está dispuesto a apoyar el regreso de Irán a la comunidad internacional si ese país abandona su programa nuclear, que Occidente vincula en último término con el arsenal nuclear.

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