La llamada del FMI a recortar todavía más los derechos laborales y los salarios despertó una nueva duda sobre el punto final para los ajustes. El Ibex, que fue de más a menos, lo pagó con la pérdida del 1%, y hoy saldrá desde los 8.098,30 puntos. Este nivel le coloca, otra vez, con balance negativo anual. En el resto de las plazas europeas el signo fue el mismo: París cayó un 0,55%, Londres, un 0,40%, y Fráncfort, un 0,39%. La sugerencia de dar una vuelca de tuerca a las condiciones del empleo llevaba aparejada otra, más directa si cabe, referida a la eliminación de los dividendos por parte de la banca con el fin de reforzar el capital. Los analistas destacaban que estas recomendaciones invitaban a pensar en que todavía no se ha hecho lo suficiente para enderezar el rumbo del sistema financiero y cimentar las bases de la recuperación del empleo. Los inversores se mostraban asimismo expectantes ante lo que pudiera dar a conocer la Reserva Federal tras el cierre de las negociaciones en Europa. Por valores del Ibex, se destacó FCC al despeñarse un 5,17%, después de que su filial austríaca Alpine se ha declarado en concurso de acreedores. La compañía, que soporta un deuda de 625 millones de euros, provocará a FCC un quebranto de 289 millones en las cuentas de este año. Por detrás terminaron Sacyr y Bankinter, con retrocesos superiores al 4%. Los bancos, señalados por el FMI, se fueron todos abajo. Caixabank y Sabadell recortaban más de un 2%, mientras que Santander y BBVA cedían por encima del 1%. En la bolsa de París, Gemalto (+2,20%) y Kering (+2,11%), antes PPR, encabezaron las subidas.