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10 años con Juan Martínez de Irujo

Diez instantes de una década que revolucionó la especialidad

El pasado 6 de junio se cumplieron diez años desde que Juan Martínez de Irujo hiciera su debut en profesionales. En vísperas de la final Manomanista, GARA ha solicitado al de Ibero que escoja los diez momentos más significativos de su carrera.

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Jon ORMAZABAL

Como el pintar los frontones de verde, la irrupción de las televisiones o el cambio de material, la aparición de Juan Martínez de Irujo y su nueva forma de jugar, han marcado una década que aquí repasamos junto al principal impulsor de esta revolución.

1. «6 de junio de 2003, un viernes a la noche, en Iruñea, con un ambientazo en el frontón, jugué con Elkoro ante Gonzalez-Eulate». El de Ibero recuerda todos los detalles de ese primer partido, «uno de los pocos días en los que se te perdona todo» y en el que «estuve acompañado por familia, amigos, todo el pueblo...». Un año antes había disputado el Mundial de Iruñea, pero en trinquete y «parecía que no iba a debutar, pero me salió bien el DV, se fijaron en mí y tuve la opción de elegir entre Aspe y Asegarce. Me quedé con Aspe porque me daban dos años de contrato y en Asegarce cuatro. Y hasta hoy». En setiembre ya comenzó a jugar estelares. Había nacido una estrella.

2. El impacto del de Ibero fue brutal. En invierno ya entró en el Parejas y llegó a la final junto a Óscar Lasa y solo una gastroenteritis de Xala impidió que celebrase su aniversario como profesional con una txapela. Lo hizo una semana después, en una especialidad en la que «apenas había jugado en aficionados, había quedado campeón de Nafarroa Sub 22 pero poco más. De hecho, en mi último año jugábamos el Torneo Federación y yo no quería jugar el mano a mano. Poco más de un año después salgo campeón de primera, todo un sueño». «La final no fue un gran partido, pero gané a Xala que es lo importante».

3. Este primer título llegó sin apenas tiempo para asentarse en la categoría y por ello Martínez de Irujo concede gran importancia a los maestros que tuvo en el Parejas, Óscar Lasa primero y Fernando Goñi después. De la primera final recuerda que «llegué a casa sin enterarme de que había habido partido, con el ambiente, la final me vino grande». Al año siguiente, le tocó jugar y ganar con el de Zubiri, «con el que pasé mucho tiempo fuera de la cancha y eso se termina notando», señala. «Fueron dos maestros y yo tenía ganas de aprender. Yo era muy impulsivo y Fernando, cuando tenía que levantarme la voz, no se cortaba y a mí no me sentaba mal, sino todo lo contrario».

4. El de Ibero guarda muy buen recuerdo de todos sus compañeros, pero si hay uno con el que desarrolló un feeling especial, ese fue Peio Martínez de Eulate, con el que llegó a ganar el Parejas de 2006. Eran compañeros en la cancha y amigos íntimos fuera. «Íbamos juntos al euskaltegi, entrenábamos y comíamos tres veces por semana juntos... había mucha complicidad. Creo que fue uno de mis mejores momentos de juego y a él también la pelota le salía como un tiro de la mano».

5. Esa txapela fue la primera de un triplete histórico, ya que ese año consiguió ser, junto a Julián Retegi, el único pelotari capaz de conseguir los tres títulos de un mismo año. «Gané el mano a mano a Aimar en una final con mucho calor, gané por físico». También se hizo con el acotado de San Fermín, un detalle al que otorga gran importancia, «porque comencé a creerme que también podía hacer algo en el Cuatro y Medio». Tras un gran verano, llegó la confirmación en el oficial. «Llegué con una lesión en el costado y jugué vendado todo el torneo. En el primer partido casi me ganó Saralegi y en la final Abel -Barriola- también me tuvo contra las cuerdas, fui perdiendo 14-7, pero le di la vuelta y gané 22-21. Es la txapela que más ilusión me ha hecho, porque fue la única en la que el botillero fue el aita».

6. Aunque a veces no lo parezca, los pelotaris son humanos y a Irujo también la llegaron los momentos más bajos. Su mano derecha terminó por decir basta a finales de 2007 y comenzó 2008 operándose su derecha. «Tuve un quiste de 15 milímetros en la mano. Fui a la presentación del Parejas y al día siguiente tenía consulta en el médico, que me dijo, «si quieres te opero mañana». Fue una decisión dura y estar despierto en la operación, sintiendo que me andaban en la mano, que mi futuro se estaba jugando en ese momento, fue duro, pero me ayudó mucho en la rehabilitación, no fallé ningún día. Se ha visto que fue la decisión acertada».

7. Superado este bache, 2010 tuvo un doble premio para Martínez de Irujo, Arhane llegó con su última txapela individual bajo el brazo. «Todo aquello fue nuevo. Nació justo un mes antes del campeonato y pensaba que me iba a cortar un poco en lo deportivo por la experiencia de levantarte a las noches, dormir poco y tener partidos importantes... Pero igual me vino hasta bien para estar un poco menos centrado en la final y cuando gané a Xala me hizo una ilusión terrible cogerla».

8. El ciclo de la vida no perdona y 2011 vino marcado por el repentino fallecimiento de Ángel Urzainki, expelotari y primer botillero de Martínez de Irujo en profesionales, con el que el de Ibero ha querido tener un detalle de agradecimiento en este repaso. «Lo conocí como seleccionador de Nafarroa, pasamos muchas horas juntos en los viajes y cuando debuté le pedí si podía venir a ayudarme».

9. La final Manomanista de 2012 fue dura por el resultado, 22-7 a favor de Olaizola II, «pero no hay que darle más vueltas, hay que aprender de los errores y poco más. Aquel día salí del frontón con la sensación de que no había hecho el ridículo, perdí con claridad pero porque él me pasó por encima. En una final sabes que puedes ganar y perder».

10. En el último Parejas le volvió a tocar ganar, pero no de la manera deseada. «Pablito se hizo una avería importante y la victoria quedó descafeinada. Pero así es el deporte, es injusto pero es justo a la vez. Es injusto lo que le pasó a Pablito, en un momento muy especial para él, pero es justo porque Zabaleta y yo sumamos mucho desde el primer al último día».

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