¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es Superman. A uno ya le entran las dudas sobre la verdadera identidad del superhéroe, porque no puede ser que después de ocho décadas siga siendo el mismo eterno personaje, una y otra vez convenientemente rejuvenecido. Lo lógico es que las nuevas generaciones estuvieran viendo las aventuras de su nieto o biznieto, pero no, se trata del protagonista de la historia de siempre, a la que buscan nuevos tratamientos para su continuidad como franquicia.

A principios de los 80 Richard Lester hizo la parodia del «Superman» clásico, el que dirigió Richard Donner en 1.978 con un guión de Mario Puzo. La Warner quiso olvidarse del humor caricaturesco del cineasta inglés, pasado el tiempo, con el relanzamiento de Clark Kent y su alter ego heróico en el 2006. Pero «Superman Returns» no funcionó en taquilla como se esperaba y la operación se fue al traste, pasando el actor Brandon Routh al olvido.

Siete años después de aquel desastre, se han invertido 175 millones de dólares para que no vuelva a pasar lo mismo, asegurando la acción espectacular que está atrayendo al gran público con la demanda masiva de entradas. Al inglés Henry Cavill le sienta bien el nuevo traje, y eso parece ya suficiente para garantizar la necesaria empatía. Se trata de un modelo integral, que se desprende definitivamente del calzoncillo o el cinturón rojos. En consecuencia, lo que más destaca es la capa al vuelo.

El guión de Christopher Nolan t David S. Goyer refuerza el realismo de los pasajes que transcurren en el planeta tierra, en contraste con la grandilocuencia fantástica de la acción en Krypton, propicia para el despliegue de los efectos digitales desplegados por Zack Snyder y su equipo.