«Hannah Arendt» como máxima expresión de la mujer intelectual del pasado siglo
M.I. | DONOSTIA
La actriz Barbara Sukowa y la cineasta Margarethe Von Trotta vienen colaborando, desde que rodaron «Las hermanas alemanas», para ofrecer un retrato de las mujeres que más han influido en la historia de la humanidad. No faltan en su lista de filmes «Rosa Luxemburgo», como tampoco Hildegard Von Bingen en «Visión». Pero de todos sus trabajos conjuntos el que mayor relieve alcanza es «Hannah Arendt», sin duda la obra cumbre en la filmografía de la realizadora que empezó codirigiendo con Volker Schlöndorff «El honor perdido de Katharina Blum».
Por algo Hannah Arendt es la máxima expresión de la mujer intelectual del siglo XX, en cuanto a pensamiento independiente se refiere. La película se centra en la controversia que provocaron a principios de los años 60 sus artículos sobre el juicio al nazi Adolf Eichmann, cuando pasó a convertirse en la diana de las iras sionistas. La gran pensadora se mantuvo firme en sus convicciones, consciente de que sólo ella podía atreverse a ofrecer un punto de vista no oficial del holocausto y otros temas considerados un tabú. Como gran teórica política que fue no se dejo condicionar nunca por su origen judío, ni por la persecución que sufrió en Alemania a causa de ello. No se casaba con nadie, y hay que decirlo en el sentido más literal de la frase.